Devotos azuayos: protectores de la ‘Churonita’

Devotos azuayos: protectores de la 'Churonita'
FIESTAS. Las fiestas empiezan la noche del 26 de agosto, donde hay quema de castillos y otras presentaciones.

Los devotos de Azuay, con sus ofrendas de flores y trajes exquisitos, se destacan en esta celebración que va más allá de los límites geográficos y espirituales, uniendo a Ecuador en devoción y tradición arraigada.

En el corazón de Ecuador, la devoción a la Virgen del Cisne, cariñosamente conocida como la ‘Churonita’ por su larga cabellera, trasciende más allá de la espiritualidad. Uno de los protagonistas de esta profunda conexión es Giovanni Alvarado, un ferviente devoto y un experto en reconstruir fotografías históricas de la Virgen.

Las festividades son un evento grandioso, con varios comités de Azuay contribuyendo con sus esfuerzos. La jornada comienza el 6 de agosto con la entrada de los priostes de Azuay y El Cañar. El punto culminante de las celebraciones tiene lugar el 15 de agosto, una noche de profundo significado, marcada por la participación de cantantes nacionales como Máximo Escaleras, creando un ambiente de devoción resonante. La tradición se enriquece aún más con la aparición de artistas reconocidos que tienen sus raíces en la región, como Byron Caicedo, María de Los Ángeles, Azucena Aymar, entre otros.

Mientras estas celebraciones cautivan a los turistas y asistentes, tienen una importancia aún mayor para la comunidad local. La Virgen del Cisne tiene una reputación milagrosa, y después de la pandemia, la peregrinación ha presenciado un aumento en el número de visitantes. Circunstancias políticas han llevado a un cambio en la fecha de la peregrinación. Originalmente establecida por un decreto del libertador Simón Bolívar el 29 de junio de 1829, tenía como objetivo unificar la Feria de Loja y el viaje de la Virgen a Loja. La influencia de la Virgen se extiende mucho más allá del ámbito espiritual; ella es la fuerza impulsora del comercio en Loja y sus regiones circundantes.

En esta celebración, la presencia de los devotos de Azuay es especialmente notable. Contribuyen a través de ofrendas tradicionales de flores y exquisitas vestimentas, a menudo diseñadas por prestigiosos modistas, con un valor de miles de dólares. La grandeza de las festividades se destaca con la quema de castillos, que generalmente son 3 o 4 por noche, bailes tradicionales y diversas presentaciones musicales, la quema de la vaca loca.

El rol de los sacerdotes de Azuay es fundamental, abarcando las necesidades espirituales de los peregrinos a través de confesiones, comuniones y rituales. Sus esfuerzos laboriosos aseguran una experiencia significativa para los asistentes, quienes vienen en gran número y requieren un apoyo importante para una evangelización efectiva.

La devoción trasciende las fronteras regionales y atrae a personas de diversas partes del país. La gente de la zona se une en las festividades, mientras que devotos de todo el Ecuador, desde Chimborazo, Riobamba, Latacunga, Manabí, Guayas, Machala y El Oro, constantemente viajan hacia El Cisne para participar en estas celebraciones significativas.

El sector del transporte y la hospitalidad experimentan un impulso significativo durante las celebraciones, con servicios de transporte operando con mayor frecuencia para acomodar a los peregrinos. Los servicios de taxis y las compañías de alquiler también experimentan una mayor actividad. La presencia de la Churonita, especialmente durante los meses de agosto y septiembre, bendice a la industria de restaurantes, atrayendo tanto a lugareños como a visitantes.

La dedicación de Giovanni Alvarado para preservar la esencia de esta tradición sagrada a través de fotografías históricas refleja la profunda devoción y significado cultural de la Virgen del Cisne en la vida de la gente de Ecuador.