San Sebastián, el patrono que protegió a los lojanos de un fatídico terremoto

San Sebastián, el patrono que protegió a los lojanos de un fatídico terremoto
FESTIVIDAD. Cientos de lojanos acudieron al traslado de la Imagen del Patrono Jurado hacia la Iglesia Catedral.

La leyenda cuenta sobre un valeroso soldado que alcanzó el favor divino para que un terremoto no destruyera la ciudad de Loja. Desde ese entonces, el Cabildo lojano lo declaró Patrono Jurado y cada año se organizan eventos para rendirle tributo.

El santo que une a los lojanos celebró 363 años de advocación este 2023, por lo que la ciudad se llenó de festividades tradicionales durante los últimos días. La veneración a San Sebastián es muy antigua y está extendida en el mundo, según narran historiadores lojanos, inició en 1748, cuando este valeroso soldado evitó que un terremoto destruyera la ciudad de Loja. Desde ese entonces, el Cabildo lo declaró Patrono Jurado y cada año se organizan eventos para rendirle tributo.

En una gran parte de las ciudades fundadas por los españoles durante la época de la Colonización, existe una iglesia, capilla o ermita dedicada a San Sebastián, uno de los santos más venerados de la iglesia católica, patrono de arqueros, soldados y atletas.

La ciudad de Loja, ubicada al sur del Ecuador, no es la excepción, pues aquí la devoción al santo ha unido a sus habitantes desde 1748, quienes lo consideraban protector de la milicia, y guardián y custodio en contra de los movimientos telúricos y pestes que devastaban a la ciudad.

San Sebastián, el patrono que protegió a los lojanos de un fatídico terremoto
REACTIVACIÓN. La celebración se realiza nuevamente luego de dos años de crisis sanitaria.

San Sebastián desde la investigación de historiadores lojanos

El historiógrafo Alfonso Anda Aguirre sostiene que los primeros indicios de veneración provienen desde la Fundación de Loja, que tuvo lugar el 20 de enero de 1547, donde dicho evento habría recibido el nombre de San Sebastián de la Zarza, día de San Sebastián, Patrono de Loja, cuya ermita fue construida al poco tiempo del traslado de la ciudad por Juan de Morales, sacerdote y vicario en 1577. Esta Ermita fue sustituida al haberse erigido en su lugar la actual iglesia, edificada por Eliseo Álvarez entre 1874 y 1876.

Por su parte, Francisco Javier Riofrío en su obra ‘La Advocación de Nuestra Señora Del Cisne’ abre la interrogante ¿cuándo o en qué ocasión llegó a dársele el carácter de fiesta votiva o jurada por el Ayuntamiento? Al no encontrar actas municipales que detallen la creación de esta fiesta, echa mano de la tradición y señala que se inicia luego de un terremoto que trajo a la ciudad graves desastres.

Refiere además que, según documentación encontrada, se conoce que para 1716 los cabildantes ya celebraban esta fiesta con la debida solemnidad. Y afirma: “Con bien fundada probabilidad opinamos que se trata del año 1660, año que se ha señalado en la historia, por los más funestos acontecimientos, como consecuencia de la erupción volcánica del Pichincha”.

“Los estruendos de este se alcanzaron a oír hasta en las más lejanas misiones del Marañón, y las cenizas arrojadas, se extendieron hasta más de ochocientas leguas en contorno”.

Gonzales Suárez detalló que la fiesta todo el tiempo ha sido costeada por el Cabildo, bien que para estos gastos se ayudaba con alguna fundación o capitales que algunas personas piadosas habían destinado para tal efecto; de este número era el capital acensuado en Chaquizhcaguaico, según consta en actas de la Municipalidad de 1766.

En pasados tiempos acordó el Ayuntamiento suspender o suprimir la celebración de dicha fiesta. Más con general admiración sucedió que aquel mismo año, el día propio del santo, sobrevino un terremoto que consternó a los ciudadanos, y obligó al Cabildo a confirmar o ratificar su voto de celebrar solemne y fielmente dicha fiesta.

Es así que se señaló en el calendario una ceremonia oficial y una misa solemne en honor a San Sebastián, cuya efigie es conducida en procesión por los cabildantes y por los principales habitantes de la ciudad.

Oswaldo Celi en su amena obra de tradiciones ‘Cosas del Ayer Lojano’ dice: Todo un señor temblorón fue el que sacudió a Loja el 20 de enero de 1660 y que obligó a los lojanos no solamente a correr hasta El Valle, sino a buscarse un santo protector y enérgico, capaz de mantener quieta a la tierra.

Así dieron con la imagen del soldado San Sebastián, a quién lo pasearon sin pedirle consentimiento por todas las calles, mientras gran número de culpables pecadores, se latigueaban las espaldas desnudas que daba gusto. Luego escribe que el muy ilustre Cabildo de Loxa proclamó a San Sebastián ‘Protector de la Ciudad’ y decretó una fiesta anual en su honor, con fondos propios llamados ‘Comunes’, y asistencia obligada.

San Sebastián, el patrono que protegió a los lojanos de un fatídico terremoto
TRADICIÓN. La celebración en honor al Patrono Jurado viene realizándose desde hace 363 años.

¿Quién fue San Sebastián?

San Sebastián nació en Francia en una clase noble y privilegiada. Fue capitán de guardia en el Palacio Imperial de Roma y aprovechaba ese cargo para ayudar a los cristianos perseguidos. Cuando fue denunciado ante el Emperador por ser cristiano, le dieron dos opciones: dejar de ser cristiano y ascender en el ejército; o, seguir creyendo en Cristo y ser degradado de sus cargos para morir atravesado por flechas.

El Santo decidió seguir siendo seguidor de Cristo, por lo que fue condenado a morir por flechas. En Roma se edificó una basílica en su honor y por siglos ha sido invocado como patrono contra las flechas envenenadas, las plagas y enfermedades. San Sebastián es patrono de arqueros, soldados y atletas. Su nombre significa “digno de respeto o venerable”.

Celebración actual

Entre las actividades se cumplió con la novena dirigida por los priostes, la clarinada, veladas culturales, juegos populares, concursos de oratoria, festival del pasillo lojano y la feria de los dulces tradicionales de San Sebastián.

La fiesta central se celebró el 19 y 20 de enero, con la salida de la imagen del Patrono desde su Santuario para recorrer las calles céntricas de la ciudad hasta la Catedral, donde a lo largo del camino, los habitantes lo recibieron con sus balcones adornados. Una vez cumplida la actividad, su retorno se realizó en medio de feligreses y autoridades del cantón.

 

EL DATO

La fiesta en honor al ‘Patrono Jurado’ de Loja es la única celebración que el Cabildo ha mantenido bajo su responsabilidad desde la colonia.

TOME NOTA

Habitualmente, la celebración congrega a cientos de creyentes que participan de los distintos eventos, como la tradicional novena, que cuenta con 13 priostes vitalicios.