A los dos años retorna la Virgen del Cisne a la hacienda ‘Monterrey’

A los dos años retorna la Virgen del Cisne a la hacienda ‘Monterrey’
ROMERÍA. El 2019 fue el último año que la Virgen del Cisne llegó a la Hacienda. Desde este 2022 inicia una nueva era.

Luego de dos años de espera, la tradicional romería de la Virgen del Cisne llegará a la Hacienda ‘Monterrey’, que ha brindado a miles de devotos, alimentación y descanso para continuar con el camino, durante décadas.

Debajo de la capa seca de tierra lojana, siguen impregnadas las huellas devotas de miles de católicos de todo el mundo, que año tras año han cargado su fe y a su Virgen del Cisne en un acto lleno de devoción, la tradicional romería.

Las circunstancias de salud pausaron por dos años el acto religioso, sin embargo, este 2022 se retomará el largo camino, donde la esperanza se mantiene intacta.

Uno de los puntos del recorrido se sitúa en Catamayo o La Toma, como le dicen los propios. Este valle de cañaverales y eterno sol se extiende a lo lejos, brindando gran luminosidad al paisaje.

A los dos años retorna la Virgen del Cisne a la hacienda ‘Monterrey’
CEREMONIA. En la Hacienda se celebra una eucaristía en honor a la Virgen del Cisne desde el siglo pasado.

La Virgen descansará, junto a sus hijos espirituales, en la Hacienda Monterrey, de la familia Hidalgo Gutiérrez, donde se celebrará una misa, además, como todos los años, los devotos podrán descansar y prepararse para continuar la caminata.

La familia Hidalgo Gutiérrez, gustosos, año a año reciben a la Reina de El Cisne; aquí se congrega toda la familia, trasladándose algunos desde la capital y otras ciudades e incluso del extranjero, donde con cariño y gran amor se prepara un sitio privilegiado donde será colocada la imagen, la fragancia propia de las flores, tales como: rosas, anturios y azucenas, inunda el lugar.

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GRATITUD. La Hacienda ‘Monterrey’ brinda alimentación a miles de personas cada año, que llegan con la romería.

El párroco oficia la misa que dura alrededor de una hora y treinta minutos; la muchedumbre de feligreses es impresionante, muchos tienen como firme convicción realizar el traslado de su patrona como agradecimiento por los favores y milagros recibidos.

Una vez oficiada la ceremonia religiosa, los propietarios de la Hacienda brindan un refrigerio para reanimar a los romeriantes, algo peculiar es que al ingreso de la misma se colocan unos enormes cestos de frutas con: limas, limones dulces, naranjas, entre otras, para que quienes acompañan a la imagen puedan refrescarse y continuar el trayecto.

Historia de la Hacienda Monterrey

Don Alberto Hidalgo Jarrín adquirió la Hacienda ‘Trapichillo’ mediante compra al señor Agustín Anselmo Burneo Burneo, cuya propiedad le pertenecía desde finales del siglo XIX.

En términos generales tenía los siguientes linderos: por un lado, la quebrada Trapichillo; por otro, Chichaca; por el río Guayabal, la Viña; entre otros puntos de referencia. Alberto Hidalgo fue ahijado de Agustín Anselmo Burneo Burneo.

El señor Agustín Burneo dedicó las fértiles tierras de la propiedad a la producción agrícola y agroindustrial, centrando su atención a la producción de caña de azúcar, yuca, guineo, maíz, fréjol, así como a la producción de ganado vacuno.

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DEVOCIÓN. Miles se reúnen cada año en la romería de la Virgen.

Allí instaló una molienda, cuyo mecanismo era impulsado por fuerza hidráulica para la caña de azúcar, allí se obtenía panela, azúcar artesanal en forma de conos y aguardiente, siendo la primera empresa agroindustrial en la provincia de Loja.

Se dice que Agustín Ancelmo Burneo Burneo fue un hombre honorable, con un don de gente extraordinario y aunque su carácter era fuerte, estaba siempre presto a ayudar a sus semejantes, de forma especial a la gente humilde.

Moisés Alberto Hidalgo Jarrín le pidió apoyo al señor Burneo, quien, al ver las intenciones de progreso del señor Hidalgo, le dio en venta con todas las facilidades una parte de la Hacienda, a la que llamó ‘Monterrey’, dedicándose primero a la producción de ganado bovino de calidad e implantó ahí los primeros ejemplares de la raza ‘brahman’, que llegaron por primera vez al país, cuyos especímenes, en algunas ocasiones, merecieron premios en las ferias agropecuarias de Guayaquil y Loja.

También producía ganadería de leche, cuya producción la comercializaba al centro minero de Portovelo, en el auge minero que tuvo lugar en el siglo pasado. Posteriormente, se construyó ahí la primera industria lojana para la producción de azúcar, actualmente el ingenio azucarero ‘Monterrey’.

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FAMILIA. Las generaciones de Don Alberto Hidalgo Jarrín y la señora Mariana Gutiérrez Córdova, mantienen la tradición durante décadas.

Arribo por primera vez de la Virgen

Aproximadamente, en el año 1935, la venerada imagen de la Virgen del Cisne hace una parada en la Hacienda Monterrey, en su trayecto desde San Pedro hasta la iglesia María Auxiliadora de Catamayo.

Mariana Gutiérrez, esposa de don Alberto Hidalgo Jarrín, oriunda de San Pedro de la Bendita, era sumamente devota de la Virgen del Cisne. Frecuentemente, iba a la parroquia para elevar sus plegarias.

Don Alberto, que también era muy creyente, complació a su esposa en el deseo de que se celebre en Monterrey una misa de acción de gracias por todas las bendiciones que la familia recibía y que permitieron construir la industria más grande de Loja, que, a la postre, propició el desarrollo de Catamayo.

¿Cómo eran las ceremonias?

No se conoce una fecha exacta en la que se abrieron las puertas a los miles de devotos en la Hacienda durante la tarde y noche. Relatos de 1924 y 1930 se refieren a una misa en Trapichillo, que pudo dar lugar a la tradicional pausa en la Hacienda.

Algunas historias narran actos litúrgicos, diversión para la gente y la alimentación brindada a miles de personas, pues los anfitriones eran muy generosos y desinteresados en los fines políticos, lo realizaban como un simple acto social.

Luego pidieron permiso a la Curia a través del obispo de aquel entonces, para que llegara a Monterrey. Hubo oposición al principio o críticas por ser una Hacienda particular, pero lograron convencerlos por insistencia de que se trataba de un acto de devoción y con la participación de los trabajadores y pobladores de aquella época, lo que convenció a la Iglesia. Don Alberto Hidalgo lograba conseguir las cosas que se proponía, pues era muy convincente, además de muy devoto junto a Mariana Gutiérrez, su esposa.

Es así como inició una tradición que se mantiene hasta la actualidad que, incluso, ni una enfermedad a nivel global la ha podido frenar. La Hacienda Monterrey espera nuevamente a miles de católicos, para revivir las mejores épocas del siglo XX.

 

DATOS ADICIONALES

  • Don Alberto Hidalgo Jarrín y la señora Mariana Gutiérrez Córdova fueron los dueños de la hacienda e Ingenio Monterrey. Luego quedó el legado para sus hijos y ahora para sus nietos, quienes son los que administran el Ingenio Monterrey.
  • Don Alberto Hidalgo Jarrín fue un emprendedor incansable, prototipo de innovador y generador de fuentes de trabajo: constructor de vías, negociante de ganado y fundador de la primera y gran industria azucarera de la provincia de Loja: el Ingenio ‘Monterrey’.