Ollas de barro, una tradición que perdura en Loja

Ollas de barro, una tradición que perdura en Loja
ARTE. Las ollas de barro son elaboradas por manos de mujeres y hombres artesanos.

La elaboración de ollas de barro es una tradición que se ha inculcado de generación en generación. Sus fabricantes desean conservar el legado que les dejaron sus antecesores.

El arroz, pollo y mote adquieren un sabor exquisito y una consistencia inigualable cuando se cocinan en ollas de barro, a pesar que la cocción lleva más tiempo con estos utensilios, el buen sabor de las recetas vale por completo la plena. El uso de las tradicionales ollas de barro tiene alrededor de 4.000 años de historia desde la cerámica elaborada por la cultura Valdivia y se mantiene hasta la actualidad para disfrutar de deliciosos platillos.

Gracias a su profunda riqueza artesanal, Loja no ha perdido esta costumbre y sus artesanas, a través de la experiencia, conocen perfectamente la proporción exacta de barro que se debe utilizar para la creación de cada pieza.

Para Carmen Lapo, esta tradición ha acompañado a su familia desde que tiene memoria, pues, su bisabuela le enseñó a su abuela, ella a su madre y la costumbre ha logrado mantenerse por décadas. Ahora sus hijas son quienes ven en Carmen una maestra de esta artesanía.

Ollas de barro, una tradición que perdura en Loja
HISTORIA. Los hallazgos de las ollas de barro se remontan a la cultura Valdivia.

Procedimiento

Carmen memorizó desde muy pequeña el proceso para darle forma al barro y con el paso de los años ha perfeccionado las técnicas que emplea.

“En cada una de las piezas está nuestro corazón, cada una está hecha con mucho cariño porque sabemos que será en donde se cocinarán grandes momentos”, menciona.

La comerciante inicia su día muy temprano para ir en busca del barro, espera que salga limpio para luego ponerlo a secas algunos días.

“Para preparar la masa, se remoja el barro en una tinaja y se pisotea hasta obtener la consistencia. Después se forman las bolas según el tamaño de la olla y se moldea a puros golpes”, explicó.

Ya que el barro tiene textura homogénea, procede a buscar que no contenga pequeñas piedras debido a que puede estropear el producto final. Cuando la materia prima está lista, las hábiles manos de Carmen le dan forma de olla, finalmente la deja reposar por todo un día.

Las horas para el secado finalizan y procede a utilizar los llamados golpeadores, hechos de barro, que permiten alisar, compactar a la olla y eliminar imperfecciones.

“Si se quiere obtener una vasija con una forma ovalada se utilizan dos golpeadores: un redondeado por dentro de la olla y otro de forma plana para dar contragolpes exteriores”, mencionó.

Concluido ese paso, llega el momento de colocar la boca, las orejas y otras decoraciones finales. Luego, la vasija se la pone a secar para pintarla con ese tan característico naranja, que es el resultado de tierra tamizada procedente del cerro.

Posteriormente se la somete al proceso de quemado en horno de leña.

“Cuando son ollas rojas esperamos alrededor de cuatro horas, si son negras es un poco más”, comentó.

Ollas de barro, una tradición que perdura en Loja
TRADICIÓN. Su fabricación se comparte de generación, en generación.

Historia

Según historiadores, este procedimiento se originó con la llegada de los españoles, quienes introdujeron nuevas herramientas en el campo de la alfarería.

Entre los objetos que más se elaboran están, además, los tiestos, jarrones, cántaros, floreros y artículos de decoración.

En sus ollas, Carmen realiza el mote, el arroz, la sopa, el sambo. “Las comidas salen más sabrosas, con ese gusto ahumado, esta tradición no puede desaparecer, se mantiene; incluso ahora hay negocios en los que sirven en platos de barro”, concluyó la artesana.

 

EL DATO

El barro para elaborar las ollas, se extrae cavando dos metros de profundidad para que sea limpio y libre de impurezas.