Aberraciones históricas

POR: Jose Albuja Chaves

No es infrecuente en nuestro medio ecuatoriano encontrarnos con letreros informativos plagados con aberrantes faltas ortográficas y con una sintaxis pavorosa, de escalofrío, más si se trata de promociones de carácter oficial que desnudan de cuerpo entero a los que las mentalizan.

En Ibarra, nuestra amada Ciudad Blanca, ocurre muy disimulada esta endemia social, y cuando se la advierte y denuncia, con casos concretos, se desmontan echando la culpa a los de antes. Y así, de esta manera, el molino con su rueda gira a perpetuidad en el tiempo, creyendo que una mentira escrita y dirigida al público, exhibida a permanencia, pueda volverse real y verdadera por el tiempo transcurrido.

En nuestro Parque Pedro Moncayo, muy orondos y descoloridos como almas en pena, yacen rótulos por sus cuatro sectores con leyendas falsas, mentirosas y ofensivas a nuestra historia, que “informan” que en 1802 se llamó “Plaza Constitución”, luego “Plaza Independencia” en 1823 y, finalmente, “Pedro Moncayo” desde 1902.

Sobre las dos primeras no he logrado localizar las actas que verifiquen lo afirmado, por lo cual me atengo al beneficio de la duda, no obstante que sobre la tercera cabe señalar que el 22 de febrero de 1930 se expide el Acuerdo Municipal que decide “designar al parque construido en la Plaza de la Independencia con el nombre de Parque Pedro Moncayo en reconocimiento a los altos valores cívicos y patrióticos que adornan al insigne patricio ibarreño”.

El Acta pertinente se encuentra totalmente habilitada para su revisión y constatación en el Archivo Municipal de Ibarra. De tal suerte que la Plaza de la Independencia jamás desapareció en 1902 como reza el rótulo de marras por cuanto solamente el Parque existente en ella tomó el nombre de Pedro Moncayo recién a partir de 1930. No obstante la Plaza siguió con su nombre, el mismo que se fuera extinguiendo con los años pues el Parque tomó el verdadero protagonismo actual.

Cabe mencionar que quienes hicieron justicia con nuestro patricio ibarreño, y merecen recordarlos con gratitud, fueron el señor Víctor Manuel Guzmán como presidente del Cabildo, y los concejales Rafael Larrea Andrade, Abelardo Páez, Jorge Flores y Mariano Acosta. Como secretario el señor Gonzalo Yépez Terán.

Ergo, hay que descolgar los ominosos rotulitos que avergüenzan nuestra historia!