POR: Mariana Minda
Otavalo y Cotacachi, ciudades tradicionales de Imbabura, festejan sus fiestas muy importantes en el mes de septiembre, y así rinden homenaje a las riquísimas bebidas del maíz, con la chicha del Yamor y la de la Jora, que brindan a propios y extraños para que sientan el privilegio de acercarse a los dioses, a darles las gracias por sus bondades.
La fiesta se inicia con el Yamor y la población se prepara con mucho esmero para recoger y seleccionar los granos muy variados y de colores, formas y consistencia, para molerlos y cocinarlos con los olores de las plantas aromáticas, que van dándole vistosidad y predisponen a quienes van a degustarla y tener el placer de transportarse a regiones etéreas y gozar de la vida.
Culminan las fiestas de Otavalo y dan paso a las fiestas de la Jora, en la vecina Cotacachi, donde con tiempo se prepara también el maíz, haciéndole germinar, para en su tiempo convertirle en harina para cocinarla con las yerbas aromáticas, para esperar que se madure, para brindar a quienes llegan para saborearla, recibiendo la bienvenida con sus ricos sorbos, que recuerdan que los dioses comparten lo que ellos han dejado.
De todas partes vienen los que ya conocen y los que desean conocer esta bonita tierra de la cual no se puede despedir sin antes ir a la vecina laguna de Cuicocha, para recorrerla en lancha, bordeando sus tres hermosos islotes, que son el atractivo adornado con plantas y animales singulares.
Es de desear que quienes conocen estos cantones de Imbabura siempre los continúen visitando y le relacionen con la capital Ibarra, para verla cada vez más progresista y acogedora, como una ciudad que está siempre con los brazos abiertos para recibir a quien llega y enamorarle para que se quede y sea un poblador más.