Redes

Eduardo Naranjo Cruz

Se considera síndrome de mayor democracia la abundancia de opiniones circulando; teóricamente se cree podría ser el sistema mundial de internet, sin embargo, los hechos muestran diferentes caras de este fenómeno, del que hoy todos somos prisioneros.

Hay varios libros escritos sobre el tema, analizan bondades como riesgos. Uno de ellos el de Juan Luis Cebrián, ofrece ideas que en todo caso son exploraciones visionarias que pueden acertar o no, lo cierto es que es el arma moderna que fácilmente puede confundir la memoria colectiva.

Un artículo publicado en la revista Nature, titulado “La parte del pasado que no existió” y cuyo subtítulo dice “cómo Facebook a través de noticias falsas y la red de amigos puede alterar la memoria y cambiar la historia”. El contexto se refiere a una serie de estudios e investigaciones llevados a cabo por sicólogos y antropólogos en los Estados Unidos que, comprueban cómo funciona y se distorsiona la información a través de la cadena de mensajes, creando “otra realidad” de los hechos o inventándolos. Analizan cómo las diferentes generaciones asocian unos hechos y olvidan los anteriores.

El periodismo optó por el uso de la red, cifrando la información de forma profesional es decir aplicando las técnicas obligadas de contrastación y confirmación de los acontecimientos para dar fiabilidad y confiabilidad al flujo informativo, que por su velocidad nos acerca a cualquier hecho casi instantáneamente.

Todos estos factores pueden ser positivos para el futuro y el afianzamiento de una democracia, siempre que la justicia y la equidad sean los paradigmas, pero también puede ser el gran mecanismo de desinformación, desorientación y rígido control social que podría marcar una sociedad muy diferente a la que actualmente conocemos.

[email protected]