Fraude y memoria social

Se afirma que la historia la escriben aquellos con el poder de sostenerla. Normalmente los únicos que han podido hacerlo son aquellos que tienen el control de las relaciones sociales y de producción, y de lo que se divulga, se manifiesta y se sostiene como verdad; aunque ésta sea, una mentira vil dispuesta para edificar una historia fraudulenta y argumento embustero del poder y la legitimidad de quien o quienes lo ostentan.

Sin duda, aunque la historia se la presente de esta manera, en ocasiones la Memoria Social, es mucho más fuerte que los decretos y manifiestos firmados a sangre y fuego; pero que, a pesar de los esfuerzos continuos por mantener los múltiples engaños impresos como hechos históricos, estos han podido ser clarificados y desenmascarados.

Un ejemplo contundente de los fraudes más largamente sostenidos en el discurso, como en documentos institucionales, eventos gubernamentales y demás, es el tan mentado “Descubrimiento de América” y el magnánimo proceso civilizatorio emprendido por la Madre Europa.

Hoy sabemos que este proceso fue una de las más grandes y viles invasiones y masacres de la humanidad, y el fraude histórico, es sin duda uno de los más conspicuos engaños sostenidos por aquellos que han heredado el poder.

En tal virtud quienes lo tienen, hasta la actualidad no han dejado de utilizar los distintos subterfugios para afectar la Memoria Social y engañar continuamente a la población. Con un aterrador letargo cultural, se han permitido estar y mantenerse en el poder y usufrutuar de los bienes y el esfuerzo nacional.

La demagogia electoral es sin duda, una de las estratagemas empleadas por estas castas enquistadas en los organismos de poder, para afectar la Memoria Social y continuar con la dominación, la opresión y la explotación.