Procesión Marítima, la tradición de los pescadores esmeraldeños

Un momento para dar las gracias y pedir la bendición”, es así como los fieles describen la Procesión Marítima que se realiza cada año en honor a la Virgen de Fátima.

Una celebración religiosa practicada desde hace más de 50 años, y que algunas familias han transmitido de generación en generación, siendo ya una tradición.  Elizabeth, miembro de una familia de pescadores, ha participado por más de 30 años, desde cuando era una niña y acompañaba a su familia para pedir a la Virgen que los cuide y proteja cada día. Recuerda una gracia concedida por a su familia, cuando su padre fue diagnosticado con cáncer y pidieron a la Virgen de Fátima que interceda ante Dios por su sanación.

La Parroquia eclesiástica Virgen de Fátima, una de las más antiguas de la provincia, celebra sus fiestas patronales el en mes de octubre, recordado la última aparición de la Virgen a tres pastorcitos en Fátima, Portugal. 

La actual imagen de la Virgen mide un metro cincuenta de altura, en los primeros años era una escultura de aproximadamente de sesenta centímetros.

Su Párroco, P. Abel Cabrera junto a los feligreses, también este año ha preparado con mucho entusiasmo y devoción las festividades, incluyendo la Procesión Marina. Al recordar su experiencia en la Procesión, comparte con felicidad una anécdota: en sus primeros años, siendo vice-párroco, estuvo a cargo de la catequesis; y al finalizar el año entregó a cada niño una imagen de la Virgen; algunos años después, le impresionó ver que uno de esos niños, convertido ya en un joven, en la procesión portaba consigo la imagen que años atrás le había regalado, reflejando el fruto de la evangelización en los jóvenes.

Recordando la historia

Doña Rebequita, quien conoce muy bien la historia, señala “hace algunos años, esta fiesta no era como es ahora; en sus inicios se realizaba en el sector llamado “Las Palmas Bajas”, poblado principalmente por familias de pescadores (donde actualmente está el puerto comercial y puerto pesquero artesanal). Los feligreses se dirigían hasta ahí, se celebraba la Eucaristía y se procedía a bendecir las embarcaciones. Con el pasar de los años se empezó a realizar una procesión marítima corta; y algunos años después se llegó a instaurar como actualmente se realiza”.  Una anécdota que con mucha alegría recuerda doña Rebeca: “me emocionó mucho ver a un padre que cargaba a su hijo recién nacido y lo elevaba para que el sacerdote le dé la bendición”.

Este año

El pasado domingo 16 de octubre los pescadores junto a sus familias y feligreses en general se dieron cita a las 10 de la mañana para orar por seguridad, salud y paz. Al terminar la santa misa, un nutrido grupo de fieles se dirigió en procesión hasta el puerto artesanal, donde les esperaban las embarcaciones para el recorrido marino. La imagen de la Virgen de Fátima precedía el recorrido y los fieles con cánticos manifestaban su devoción.

Las peticiones de los fieles

“Cada vez que los pescadores salimos a trabajar no sabemos si vamos a regresar con vida, por eso rogamos a la Virgen de Fátima que nos cuide y permita regresar a casa con bien”, son las palabras de uno de los participantes.

Algunos de los pescadores han tenido que migrar a otras provincias en busca de trabajo y seguridad, otros han vendido sus embarcaciones. Sin embargo, confiando en que llegarán tiempos mejores hay pescadores que continúan laborando con normalidad y poniéndose bajo el amparo de Dios y la Virgen.

En esta celebración, el Párroco, P. Abel ha invitado a los ciudadanos a recordar y hacer actuales los mensajes que la Virgen dio en Fátima en el año 1917, para poder afrontar la difícil situación de nuestra sociedad: sobre todo “rezar el rosario y pedir por la conversión de los pecadores. Recordemos que el rosario es la mejor arma contra el mal”.