Un día antes que se diera la paralización vehicular en el cantón Esmeraldas por la agremiación de taxistas, los vehículos que ofrecen el servicio de transporte urbano dentro de la ciudad, entre ellas la cooperativa Las Palmas y la compañía Alonso de Illescas, manifestaron que la circulación sería normal, porque no mantenían inconvenientes de ningún tipo con las autoridades.
Sin embargo, la realidad fue otra, al no poder transitar por las principales calles que conectan el sur con el centro de la ciudad, por lo que decidieron resguardar sus vehículos y no ser afectados por desmanes o alteraciones de ningún tipo.
El presidente de la cooperativa ‘Las Palmas’, Fernando Freire, contó que sus unidades, 87 buses, divididos en cinco líneas, se movilizaron desde temprano, pero que varias de ellas, se quedaron atrapadas en los cerramientos que realizaron los taxistas.
Impedidos de circular
“Algunos de nuestros compañeros fueron detenidos en La ‘Y’ de Vuelta Larga, ellos ya no podían cruzar, por lo que tomamos la decisión de no enviar a ninguno más”, refirió Freire.
Al preguntarle sobre a cuánto ascenderían las pérdidas, manifestó que debe realizar un balance total sobre la paralización de las unidades; no obstante, aclaró que los más afectados por esta paralización vehicular, fueron los estudiantes que no pudieron recibir clases, los comerciantes que no realizaron las ventas del día, el turismo que no se efectuó en el balneario, así como el de la ciudadanía a sus trabajos.
Por otro lado, Jaime Torres, presidente de la compañía ‘Alonso de Illescas’, manifestó que diariamente un solo bus genera 200 dólares, pero que de ellos, son divididos para el pago del conductor, cobrador, tarjetas, alimentación, gasolina, por lo que la ganancia mínima serían de 80 a 90 dólares diarios.
10.600 dólares
53 buses, repartidos en seis líneas, harían un total en bruto en 10.600 dólares, pero que a la larga después de cancelar lo antes mencionado, bordearían entre los 4.240 a 4.770 dólares, mismos que serían las pérdidas durante el día de ayer.
“Nosotros también salimos, pero al ver que en varios lugares quemaban llantas y habían encuentros subidos de tono, preferimos resguardarnos para no ser víctimas de roturas de parabrisas o daño de puertas”, expresó Torres, al contar que un parabrisas podría costarle entre 200 a 300 dólares.