Los verdaderos pensadores

“Desde el Big Bang hasta la filosofía China, desde el origen del lenguaje hasta la economía liberal, desde la ciencia del caos hasta la evolución de las especies, desde la conquista del espacio hasta la genética, desde el psicoanálisis hasta la inteligencia artificial, Guy Sorman indaga en este libro en todas las teorías intelectuales que caracterizan nuestro tiempo, a través de conversaciones con los principales personajes del hoy, en París, Boston, Delhi, Pekín, Berlín, Londres, Tokio o México. Se abre así un diálogo universal, en el que, entre otros, participan Carl Sagan, Claude Lévi Strauss, Noam Chomsky, Bruno Bettelheim, Milovan Djillas, Octavio Paz, Karl Popper, Ernst Gombrich o Isaiah Berlin.

El conjunto constituye una especie de biblioteca viviente, verdadero panorama de las distintas interpretaciones de nuestro universo y de nuestra historia en vísperas del tercer milenio”.

Así reza la contratapa del libro “Los verdaderos pensadores de nuestro tiempo” con el que me enfrenté allá a finales de la década de los años 70, y que no a perdido vigencia a pesar del tiempo transcurrido y de que mucho, por no decir todos, los entrevistados por el autor, ya han abandonado este mundo dejando, como su legado, la huella de su pensamiento.

La aventura del pensamiento comienza, como no podía ser de otra manera, con una entrevista a Carl Sagan, el gran difusor y divulgador de la ciencia, quien, en 7 páginas que ocupan su entrevista, habla desde el principio del universo, hasta su posible final, sin plantear los orígenes de la vida tal como la conocemos y las relaciones con de ésta con el Cosmos. 

Traveling at the speed of light, time-warp trough universe filled with stars and space dust.

El Big Bang, es la única teoría científica

“El Big Bang no es una teoría entre otras sobre el origen del universo; es la única teoría científica y jamás ha habido otras. Con anterioridad no existían más que hipótesis metafísicas. Cada religión propone un mito, una versión plausible de la Creación que satisfaga el deseo legítimo de comprender nuestros orígenes. Pero, por primera vez en la historia de la humanidad, el mito ya no es un mito. Nuestro universo tuvo, sin duda un punto de partida”.

“Dentro de miles de millones de años, la Tierra ya no existirá. Pero, desde ahora hasta la compresión, corremos riesgos más inmediatos. […] Con la combustión de la energía fósil y la desaparición de los bosques, los rayos del sol están encerrados en un invernadero cuyos cristales tienden a hacerse más gruesos”. Según Sagan, en menos de un siglo, este fenómeno podría aumentar la temperatura ambiental de nuestro planeta en 4 grados. “¿Irrisorio, quizás? Dramático. Cuatro grades es algo enorme. Esos 4 grados provocarían la desaparición de la agricultura en las zonas actualmente templadas y harían fundir los hielos polares…”

Pero de todos esos peligros Sagan estima que de todos los peligros el “invierno nuclear” es el más inmediato. El desarme, tal como estudian los rusos y los americanos no afecta más que al 3% de las armas nucleares disponibles. Sin contar que: con la capacidad nuclear de Francia, por ejemplo, bastaría por sí sola para destruir toda la vida humana”

¿Qué hacer? Estamos en un callejón sin salida. Los pueblos no quieren oír hablar de esos riesgos ecológicos o nucleares cuya amplitud o previsibilidad los superan, Confían ciegamente en sus gobiernos, los cuales se muestran indiferentes a los problemas a largo plazo. Por añadidura, tales problemas no tienen una solución a nivel nacional: las moléculas de anhídrido carbónico, al igual que las radiaciones, ¡no tienen pasaporte!

¿Qué propone? Solo la utopía es hoy razonable. La utopía política: hay que retirarle el Poder a la clase política para dárselo… a los sabios” ¡La ciencia tiene respuestas, a condición de que se nos quiera escuchar” concluye!

Las ciencias 

A partir de este momento, los lectores estamos listos para adentrarnos en el pensamiento de investigadores y sabios que nos llevarán por caminos insospechados a entender y comprender los fenómenos, grandes y pequeños que rodean la vida de nuestro planeta y de sus criaturas.

Ecología; filosofía de las ciencias; ciencia del caos; efecto mariposa; el orden nace del caos; el azar, una moda filosófica; todo es previsible, incluso las catástrofes; son algunos de los temas que sobre la ciencia encontramos en este libro.

Por ejemplo, James Lovelock, padre de la Ecología nos cuenta que, en julio de 1969, mientras todos los ojos humanos se maravillaban contemplando el desembarco del hombre en la Luna; los de él, se maravillaban contemplando las primeras imágenes de la Tierra, vistas desde el espacio. El planeta Azul, única nave espacial en la que los hombres viajamos, y que por lo tanto debía ser cuidada y protegida.

El ser humano, su historia y desarrollo, según los científicos entrevistados plantea fascinantes temas como, por ejemplo: el hombre no desciende del mono, es su primo; las diferencias entre los pueblos son culturales y no biológicas; el cerebro escapa a la evolución; somos los prisioneros de nuestros genes; nuestros sentimientos están programados; o, el desafío de un sabio japones: Motoo Kimura que dice “ Darwin se equivocó: la suerte es la clave de la evolución”; Claude Leví Strauss: lo que nos distingue de los primitivos es la historia. Los niños no aprenden a hablar; saben: Noam Chomsky. La naturaleza no es de derechas y la cultura no es de izquierdas; Noam Chomsky.

La psicología tiene su espacio en este libro con las entrevistas a Bruno Bettelheim quien dice que “La tentación totalitaria es el reflejo de nuestras ansiedades individuales”. Thomas Szasz proclama que los locos nos dicen lo que no deseamos oír; y también que “los criminales son más inteligentes que locos”. 

La ciencia es el escenario más destacado de este desfile del pensamiento: pero, es, lamentable que el autor recurre mayoritariamente a científicos de Europa para defender sus tesis; se olvida que en otras latitudes también sobresalen ciertos personajes tal como Marvin Minsky sale al frente de estas afirmaciones cuando dice que “El hombre es una máquina pensante”, y sorprende con la frase: Las máquinas tienen estados de ánimo”, y Motoo Kimura, científico japonés, que sin vacilar nos dice que “Darwin se equivocó: la suerte es la clave de la evolución; también Zhao Fusan, define muy bien que “los chinos no son ni serán jamás como vosotros”, 

La ciencia aplicada o política

Dicen que las guerras son la continuación de la incapacidad de entender al “otro” en la política y Ernst Nolte y Edward Teller nos lo recuerdan cuando topan temas tales como; El alma alemana no existe; Todo Occidente es culpable; El Nazismo es inhumano o demasiado humano. La próxima guerra tendrá lugar en las estrellas.

El autor, Guy Sorman se declara anticomunista y por ello acude a entrevistar a personajes como Milovan Djilas en Belgrado, Yuri Afanassiev en Moscú, Octavio Paz En México, Friedrich von Hayek en Alemania, Ashis Nandy en la India al igual que M.S. Swaminathan, quienes lanzan sus dardos contra el pensamiento de partido único y de ingeniería social. Así, Djilas inicia la entrevista afirmando que en 1945 el comunismo era legítimo y que los dirigentes comunistas viven en un estado de exaltación permanente creando la nueva clase burocrática, para al final responder a una pregunta incómoda ¿Cómo se puede sobrevivir a la tortura y el encarcelamiento? Las palabras del entrevistado son elocuentes; “Nada más fácil, a condición de que uno haya sido encarcelado por sus ideas, y no tener, de entrada, el alma de un traidor. Ante todo, yo sabía que los verdugos no tienen imaginación; las técnicas de tortura son previsibles (siempre es la violencia o el aislamiento) y, generalmente las órdenes son de no matar al prisionero. Así pues, sabía que no moriría por ello.

Afanassiev, de entrada, proclama que hay que enterrar a Lenín, y luego dice que El Gulag, la oprobiosa cárcel comunista era, en realidad, una tradición histórica en la desaparecida Unión Soviética. Luego proclama que el stalinismo es el robo y termina gritando que la socialdemocracia es un mito.

No podemos dejar sin mencionar a in dejar de lado a Kenji Nakagami que proclama que El emperador es el símbolo de la esclavización y el indú M.S. Swaminathan que grita para que todos lo oigamos: “El mapa del hambre coincide con el de las ideologías falsas”. 

Finalmente, filósofos como René Girard da un giro a la ciencia y pretende basarla en la “revelación religiosa” cuando plantea que: Todas las instituciones son de origen religioso” y “El sacrificio de la víctima propiciatoria funda el orden social”; lo que es apoyado por Claude Tresmontant que defiende las tesis de que el “ateísmo se ha hechos imposible” y los evangelios son un reportaje auténtico. 

La filosofía como postura de estudio y comprensión de todos los fenómenos 

Finalmente, en el libro están presente autores como Karl Popper que, serena y, casi humildemente nos dice que hay que “distinguir en todas partes y circunstancias lo verdadero de lo falso” y que el “progreso no es una necesidad de la historia” porque “el relativismo es la amenaza más grave contra nuestra sociedad”.

Esta última observación de Popper está confirmada por Ernst Gombrich cuando nos dice que “la belleza y la fealdad son principios indiscutibles”. O aquella otra; “El arte no existe; solo hay artistas”; por eso “la cultura de masas es una impostura”.

Isaiah Berlín, por supuesto mira hacia adelante y declara que “no sabemos dónde está el puerto; así pues, hay que seguir navegando”; y sus palabras reflejan su pensamiento cuando plantea que “vivimos con las ideas del siglo XIX” lo que en otras palabras significa que “las falsas ideas gobiernan la historia”.

Las faltas imperdonables del autor

Pero no todo lo que brilla es oro. El autor se muestra misógino cuando en sus paginas no entrevista a una sola mujer que pueda aportar con brillantez a estos debates. También se muestra europeocentrista, pues en esta resumida lista la mayoría de aquellos personajes a los que califica de “verdaderos pensadores” se destacan muy pocos fuera de la zona europea. Si bien han un par de pensadores chinos y japoneses, otro para de científicos hindúes, un solo latinoamericano, no encontramos ni uno solo de pensadore provenientes de pueblos árabes, africanos, ni siquiera australianos. Así, entonces, el autor pierde algo de su valor por estar demostrando sus preferencias políticas, políticas, raciales y misóginas.

He buscado otros libros de este mismo autor, lastimosamente, no he logrado encontrar. Pero debo confesar que este libre me abrió las puertas a un mejor conocimiento del pensamiento prevaleciente en el siglo XX.