ITT-Yasuní Ambientalistas desesperados nos mienten

Autor: Boris P. Abad-Guerra, MS, PhD | RS 56


Nos ponen de improviso ante un abismo con una consulta popular en la que también no sólo se mezclan hechos diferentes con respuestas contradictorias, sino que al apuro luego de que han pasado más de diez años, nos traen un tema con evidente mañosería electoral en la que con cantos de sirena nos tratan de engañar con la complicidad de una Corte Constitucional que ha dejado a un lado su respetabilidad para sumarse al populismo judicial y hoy caer en una demagogia barata.

No sólo tramita una consulta, sino que expide normas ante supuestos resultados,
facultades que no sólo que no tiene, sino que nadie le ha pedido y lleva implícito
un evidente prevaricato.

No nos dicen la verdad y la Corte inclusive no difunde los votos de minoría que
reflejan y desnudan los hechos denunciados.

Nosotros asumimos una postura clara y seguiremos buscando la colaboración de
expertos profesionales en la materia que traten de que la algarabía creada por
ambientalistas radicales, nos causen un mal irreparable.

Hoy presentamos en forma extensa y documentada un ejemplo con el cual
se destruye gran parte de la verborrea con la cual se nos quiere confundir.

Revista Semanal

Por qué decir “NO” en la Consulta

La historia no se repite,
¡pero debe rimar!

Bloques 16 – 67 Ejemplos a Emular



¿Está usted de acuerdo en que el gobierno ecuatoriano mantenga el crudo del ITT, conocido como bloque 43, indefinidamente en el subsuelo?

“NO”

“Porque en Ecuador hay ejemplos de Exploración, Desarrollo y Producción de Petróleo en el bosque húmedo tropical, en el área contigua a ITT/B43 hechos responsablemente y en armonía con los pueblos nativos.”

Es fácil, no cuesta y no tiene consecuencias para los proponentes, aprovecharse del desconocimiento general que una población tiene de las realidades socioeconómicas y socioambientales de un desarrollo extractivo en la Amazonía – Parque Yasuní y el Territorio Waorani, lanzar propuestas para terminarlos, negar sus beneficios e ignorar las consecuencias de hacerlo.

Las razones aparentes de Yasunidos, preocupación por la Naturaleza, por la biodiversidad y por la privacidad de pueblos en aislamiento voluntario, les sirven para conseguir atención y financiamiento internacional para su cómodo quehacer diario citadino, que no lograrían si lucharan por acabar con la contaminación urbana causada por el abuso del uso de combustibles subsidiados.
Yasunidos basa su maniqueísmo en la satanización de la actividad extractiva de hidrocarburos por las malas prácticas operacionales del pasado (1965-85) – Caso CEPE-Texaco (Chevron) – cerrando los ojos a los innegables beneficios que el desarrollo petrolero del Nororiente, con todas sus fallas, tuvo y tiene para la economía nacional. Consideran una amenaza existencial aceptar que la industria ha evolucionado positivamente y que es posible, conveniente y beneficioso para el país y para una transición energética ordenada, desarrollar responsablemente los recursos hidrocarburíferos descubiertos en la Amazonía.

Evitan hacer referencia a desarrollos a que ellos, bueno, sus gestores como Acción Ecológica, se opusieron radicalmente cuando se los iniciaba

– Bloque 16, Bloque 67, Bloque 15, Bloque 10 para nombrar los principales – y que hoy casi 40 años después, son ejemplos de operaciones hidrocarburíferas responsables cuya presencia y actividad no ha destruido la biodiversidad ni la naturaleza, y por el contrario, han sido agentes de bienestar y progreso para los pueblos anfitriones que se beneficiaron de programas, ingresos económicos, mejora en la calidad de vida, salud y educación, a los que nunca hubieran tenido acceso sin la presencia de los desarrollos hidrocarburíferos en sus territorios.

La propuesta de los Yasunidos avalada por la Corte Constitucional más de 10 años después de haber sido negada, y después que el Estado ha invertido cientos de millones de dólares en infraestructura, es irresponsable por decir lo menos.

El radicalismo de su ideología y su animadversión manifiesta a todo tipo de proceso extractivo responsable, pero alcahuete, ciega, y silenciosa a la diaria tala ilegal de madereros clandestinos en el Yasuní y en el Territorio Waorani, los hace sordos a argumentos técnica y económicamente sustentados, a ejemplos de la vida real que demuestran que procesos de desarrollos hidrocarburíferos son posibles en entornos delicados habitados por los Waorani para quienes, sus territorios y el Yasuní son la misma cosa.

“LOS ELEMENTOS DE UN DESARROLLO RESPONSABLE EN EL TERRITORIO WAORANI”

Seis son los elementos principales que un proceso responsable de extracción de hidrocarburos en un entorno delicado debe reunir.

Debe ser concebido para no afectar los sistemas hídricos, minimizar la deforestación, la contaminación visual, auditiva y de luminosidad. 1. Si bien la base legal principal y necesaria es la suscripción de un Contrato con el Estado y la obtención de todos los permisos, licencias y autorizaciones pertinentes, es ética, moral y practica la suscripción de Acuerdos con las Comunidades residentes en el área del contrato. Adicionalmente, es indispensable la realización de estudios etnográficos, arqueológicos, antropológicos, de la fauna y de la flora del área para que sirvan de guía del desarrollo y construcción de la infraestructura para las operaciones

2. Una vez concluida la etapa de construcción de las facilidades, vías de acceso, oleoductos secundarios (de los pozos a las facilidades y entre ellas) y primario (del interior del desarrollo al punto de transferencia y entrega – Lago Agrio, por ejemplo), las áreas no utilizadas y sin potencial hidrocarburífero, deben ser devueltas, y en las retenidas para desarrollo, las áreas deforestadas por el proceso constructivo pero innecesarias para las operaciones, deben ser reforestadas con especies nativas perfectamente definidas e inventariadas en el Estudio de Línea Base socioambiental (ELBSA)

3. El desarrollo – producción de los yacimientos – debe ser hecho con el concepto y prácticas de un proyecto “Costa-afuera”, es decir, agrupando el mayor número de pozos posible en una plataforma, perforando en racimo y utilizando el óptimo número de pozos horizontales para acelerar la recuperación de petróleo, maximizando el drenaje de los yacimientos, acortando la presencia de equipos y personal en áreas intervenidas las que luego de reforestadas permiten el regreso de la fauna.

4. Construcción de “sistemas cerrados y automatizados” – cabeza de pozo – facilidades de tratamiento y separación de los fluidos de producción (petróleo-gas-agua) – unidades de generación de energía (gas y petróleo) – unidades de tratamiento de crudo, almacenamiento y exportación a través de oleoductos secundarios y primarios – unidades de tratamiento y reinyección del agua producida a través de pozos completados en los yacimientos de donde salió.

Los sistemas automatizados y con monitoreo remoto en los centros de control permiten vigilancia 24/7 del movimiento de los fluidos producidos.

5. Construcción de la infraestructura necesaria para la generación in-situ de la energía necesaria para las operaciones.

6. Mantenimiento y actualización de la infraestructura para garantizar su buen funcionamiento al final del contrato, especialmente si su presencia puede servir para el desarrollo de proyectos adicionales o cercanos a la infraestructura existente.

“LOS ELEMENTOS DE UN DESARROLLO
RESPONSABLE EN EL TERRITORIO WAORANI”

Seis son los elementos principales que un proceso responsable de extracción de hidrocarburos en un entorno delicado debe reunir.

Debe ser concebido para no afectar los sistemas hídricos, minimizar la deforestación, la contaminación visual, auditiva y de luminosidad. 1. Si bien la base legal principal y necesaria es la suscripción de un Contrato con el Estado y la obtención de todos los permisos, licencias y autorizaciones pertinentes, es ética, moral y practica la suscripción de Acuerdos con las Comunidades residentes en el área del contrato.

Adicionalmente, es indispensable la realización de estudios etnográficos, arqueológicos, antropológicos, de la fauna y de la flora del área para que sirvan de guía del desarrollo y construcción de la infraestructura para las operaciones

2. Una vez concluida la etapa de construcción de las facilidades, vías de acceso, oleoductos secundarios (de los pozos a las facilidades y entre ellas) y primario (del interior del desarrollo al punto de transferencia y entrega – Lago Agrio, por ejemplo), las áreas no utilizadas y sin potencial hidrocarburífero, deben ser devueltas, y en las retenidas para desarrollo, las áreas deforestadas por el proceso constructivo pero innecesarias para las operaciones, deben ser reforestadas con especies nativas perfectamente definidas e inventariadas en el Estudio de Línea Base socioambiental (ELBSA)

3. El desarrollo – producción de los yacimientos – debe ser hecho con el concepto y prácticas de un proyecto “Costa-afuera”, es decir, agrupando el mayor número de pozos posible en una plataforma, perforando en racimo y utilizando el óptimo número de pozos horizontales para acelerar la recuperación de petróleo, maximizando el drenaje de los yacimientos, acortando la presencia de equipos y personal en áreas intervenidas las que luego de reforestadas permiten el regreso de la fauna.

4. Construcción de “sistemas cerrados y automatizados” – cabeza de pozo – facilidades de tratamiento y separación de los fluidos de producción (petróleo-gas-agua) – unidades de generación de energía (gas y petróleo) – unidades de tratamiento de crudo, almacenamiento y exportación a través de oleoductos secundarios y primarios – unidades de tratamiento y reinyección del agua producida a través de pozos completados en los yacimientos de donde salió. Los sistemas automatizados y con monitoreo remoto en los centros de control permiten vigilancia 24/7 del movimiento de los fluidos producidos.

5. Construcción de la infraestructura necesaria para la generación in-situ de la energía necesaria para las operaciones.

6. Mantenimiento y actualización de la infraestructura para garantizar su buen funcionamiento al final del contrato, especialmente si su presencia puede servir para el desarrollo de proyectos adicionales o cercanos a la infraestructura existente.

“HISTORIA y RESULTADOS DE UN DESARROLLO RESPONSABLE, BLOQUES 16-67”

En Marzo de 1986 volví a Ecuador con la Empresa CONOCO, operadora del Consorcio Conoco-Maxus-OPIC-Murphy adjudicatario del Contrato de Prestación de Servicios para la Exploración y Producción (E&P) del Bloque 16, Bogui-Capirón y Tivacuno (B67). Luego de servir durante dos años a CEPE, en representación de todas las empresas que habían ganado bloques en la I, II, III y IV Rondas, como director del programa de capacitación a la que se habían comprometido.

Los fondos para capacitación fueron consolidados en La Fundación Petrocapacitación bajo mi dirección. Me reportaba directamente al Gerente General de CEPE quien aprobaba los programas y los gastos con la auditoría de la empresa estatal y de Price Waterhouse en representación de las empresas.

En Agosto de 1988 me reintegré a Conoco como Jefe de Ingeniería de Yacimientos y tuve bajo mi responsabilidad la evaluación de reservas de los yacimientos descubiertos en los Campos, Amo, Daimi, Ginta, Iro, Bogui-Capirón y Tivacuno. Inició entonces mi participación directa en la exploración, desarrollo y producción del Bloque 16+Bogui-Capirón y B67 (Tivacuno)

Participé activamente durante siete años como jefe de ingeniería de yacimientos, gerente de ingeniería en Conoco y con Maxus, y luego como Director de Asuntos Gubernamentales (Consejo de Administración CEPE/Petroecuador – Operador), Relaciones Comunitarias y Medio Ambiente con Maxus, lo que me permitió ser directivo y partícipe de todos los aspectos relacionados con el desarrollo, operación y administración de un proyecto petrolero en un entorno delicado como el Yasuní y el Territorio Waorani.
El presidente de la ONHAE – Organización de la Nacionalidad Huaorani (Waorani) de la Amazonía Ecuatoriana era en ese entonces Ehuenguime Enquere quien me pidió que viaje a Toñanpari, la capital de las nacionalidades, a visitar a la legendaria Dayuma, jefe de los Wao y le explique los términos del Acuerdo de Cooperación y Amistad que deseábamos suscribir.

Fui “bautizado” por Dayuma con el nombre “Kempere” lo que requería visite al también legendario guerrero cuyo nombre había recibido. Caminé con los Wao durante casi dos semanas en el Yasuní-Territorio Waorani desde Toñanpari a Cononaco donde permanecí un par de días. Conocí el Yasuní con sus saladeros, su fauna y flora maravillosas, a los Waorani en su entorno (visitamos tres poblaciones – Quehuereruno, Ñuneno y si la memoria no me falla Kiwado), desarrollé un inmenso respeto por ellos y por su entorno, el Yasuní y su Territorio, pero también me convencí de que la única manera de preservar ambos era con la presencia de un desarrollo responsable como el que intentábamos hacer, de lo contrario el Yasuní y el Territorio Waorani serían “destruidos árbol por árbol”.

Previo al inicio de la operación el Consorcio suscribió un Acuerdo de Amistad, Respeto y Apoyo Mutuo con los Waorani (13/08/1993), evento que contó con la participación del Presidente Sixto Durán Ballen (1992-1996) quien suscribió el acta como testigo de honor.

El acuerdo fue la base para el desarrollo de una sólida y duradera relación Waorani-Empresa que permitió la realización de las operaciones en un ambiente de paz, cooperación y respeto mutuo.

El Acuerdo rigió por 20 años (1995-2015) y en Febrero de 2025 Repsol suscribió el Acuerdo de Cooperación Mutua con la Nacionalidad Waorani “NAWE” que la operadora honró hasta el fin del contrato y la reversión de los bloques a Petroecuador.

La combinación Waorani-Empresa aseguró la integridad física del área de operaciones pues no existen asentamientos de colonos, tala indebida del bosque y la naturaleza se ha recuperado totalmente del impacto causado por el desarrollo de las actividades hidrocarburíferas. Son los Waorani los que cuidan el acceso a los Bloques 16-67 y a su territorio. La construcción de las facilidades para la producción (diseñadas para procesar 80.000-100.000 BPD de petróleo y 1’000.000 BPD de agua) inició en Mayo de 1992 (Conoco había dejado el país en Abril) y concluyó en Junio de 1994. La inversión hecha excedió $900 millones.

La logística fue épica por decir lo menos, pues mucho del equipo, especialmente las torres de proceso, los generadores y otra maquinaria no cabían en las carreteras de Ecuador y los puentes no podían soportar el peso de ciertas unidades que excedía 40 toneladas.

La ruta de la carga fue Houston – Manaos – Curitiba – Pompeya Sur en el Río Napo, y luego a sus sitios de montaje en el corazón del Bloque. La guerra con el Perú interrumpió el desarrollo pues no nos fue posible utilizar la ruta del Río Amazonas.

Las unidades grandes que estaban “ancladas” frente al ingreso al Canal de Panamá fueron divididas en partes para su transporte a través del sistema vial ecuatoriano. En Junio de 1994 inició la producción severamente restringida, pues el OCP no existía entonces, y no fue sino hasta inicios de 2004 cuando se pudo incrementar la producción.

Maxus fue adquirida por YPF de Argentina; luego REPSOL de España la compró convirtiéndose en la operadora de los bloques hasta enero de 2022 cuando vendió su participación a New Stratus de Canadá quien, a través de PETROLIA, se convirtió en Operador hasta la terminación del Contrato en Diciembre de 2022 cuando Petroecuador tomó el control de los Bloques 16-67 y las operaciones.

El negocio de los hidrocarburos (Petróleo y Gas Natural) es un negocio de riesgo geológico pues es posible que la exploración no sea exitosa y lo invertido se pierda; de riesgo comercial pues si se encuentra, es posible que lo descubierto no sea lo suficiente como para justificar las inversiones en infraestructura y en pozos; de riesgo operacional pues la interrupción de las activades productivas por Actos de Dios, sabotajes, accidentes, etc., pueden echar al traste lo invertido; de riesgo de mercado pues un desplome largo y sostenido del precio del petróleo puede forzar el cierre o la venta de la operación.

En el caso de operaciones en Ecuador es necesario considerar el riesgo político y el riesgo jurídico – el contrato fue modificado dos veces, primero a Participación (Abdalá Bucaram) y luego a Prestación de Servicios con límites al pago de la tarifa dictados por el precio del petróleo (Rafael Correa).

La historia exitosa de los Bloques 16 y 67 se cuenta mejor observando el gráfico de la producción histórica. La producción acumulada (06/1994 – 12/2023) fue 379 MMB aproximadamente, 24.0% del petróleo descubierto. Independiente de la modalidad contractual, el Estado nunca invirtió (arriesgó) ni $1.0 en la exploración, desarrollo y producción de B16 y Tivacuno (B67)

“Sin lugar a duda la extracción de petróleo de B16/B67 ha sido un éxito económico para Ecuador que no hubiera ocurrido si el estado hubiera decidido dejar el petróleo en el subsuelo como proponen los YASUNIDOS se haga en ITT/B43, bloque con mayores reservas y potencial que los Bloques 16 y 67.”

“LAS ACTIVIDADES DE PRODUCCIÓN E INFRAESTRUCTURA DE LOS BLOQUES 16 y 67”
¿Qué ha sucedido en el área después de 33 años de actividades (exploración, desarrollo y producción) y después de haber producido 379 MMB de petróleo y 6.200 MMB de agua?, ¿se ha destruido el entorno y alterado y desmejorado la calidad de vida de los Waorani que habitan en el área? ¡No!

Originalmente el B16 tenía 200.000 Hectáreas, pero luego de la campaña exploratoria – registros sísmicos de dos y tres dimensiones – 2D y 3D – y de la perforación de pozos exploratorios y de avanzada, y después de la construcción de los modelos geológicos que definieron los yacimientos y sus acuíferos circundantes, el área fue reducida a 138.800 Hectáreas incluyendo el B67 (Tivacuno) y el área de Bogui-Capirón.

Ahora bien, que se hayan retenido 139.000 Hectáreas aproximadamente como área no significa que las operaciones de producción de petróleo las ocupen todas.
La superficie deforestada para la instalación de las facilidades de producción, las plataformas para los pozos y la vía de acceso ocupa solamente 367 Ha.

La apertura de cobertura vegetal en los Bloques 16 y 67 no ha variado durante los últimos 25 años de operación y se ha mantenido intacta desde las etapas constructivas del proyecto hasta hoy en día, con una ocupación de apenas 0,26% del área concesionada.

No solo no se han realizado procesos adicionales de deforestación respecto del diseño original de las facilidades, sino que incluso se han cerrado áreas operativas en desuso siguiendo los lineamientos del Ministerio del Ambiente para el cierre de facilidades.

La imagen satelital (2021) muestra el área ocupada por los Bloques 16 y 67 y la cobertura vegetal se mantiene intacta más allá de lo ocupado por las facilidades operativas y es igual a la del Parque Yasuní y a la del Territorio Waorani.

No existe deforestación por la actividad petrolera en los bloques lo cual es demostrable mediante el banco de imágenes satelitales que se tomaron de forma periódica y como parte de los procesos de auditoría ambiental para el ente regulador. Desde el inicio de la producción de petróleo en junio de 1994, hasta la reversión de los bloques a EP Petroecuador se dieron dos eventos negativos importantes, uno relacionado con la comunidad, y el otro con un derrame.

En 1994 grupos radicales ambientalistas, creo que, liderados por Acción Ecológica, movilizaron a los Waorani de Toñanpari y de otras poblaciones fuera del área del Bloque 16, y navegando por el río Tivacuno llegaron al puente e incitaron a los Waorani y otros nativos (ellos se quedaron en la retaguardia) a tomarse las instalaciones del NPF y amenazaron de muerte a los operadores sino “apagaban planta”, acción por demás irresponsable pues ponía en peligro la vida de todos.

El Jefe de Operaciones me llamó (en la madrugada) y me puso a Enquere al teléfono. Le pedí, y me escuchó, que se retirasen del NPF y me diera tiempo para llegar (estaba en Quito) al día siguiente para negociar. Se retiraron al puente del río Tivacuno donde los confronté mientras los agitadores que los habían incitado al despropósito filmaban todo desde la seguridad de las laderas.

Fue un desorden general y el Ejército pudo controlar sin incidentes la situación. Me tomó dos días entender lo que querían – nada de importancia y un avergonzado Enquere se disculpó – y suscribimos un acta de compromiso dentro de los términos del Acuerdo de Amistad.

Me pidieron que los traslade en helicóptero a sus remotas viviendas pues había muchos viejos y mujeres entre ellos, y así lo hice.

Los instigadores del incidente, luego que los Waorani aceptaran conversar, se dieron a la fuga pues, como hacen siempre, incitan a los indígenas a la protesta, al caos y a la agresión y luego los abandonan para regresar a la ciudad donde pontifican sobre lo que no saben y esperan el patrocinio de sus “amigos europeos”. No se volvieron a dar incidentes.

En enero 30, 2008, en una variante del derecho de vía, Km 95+300, el recubrimiento de la línea de producción que transportaba fluidos de producción (petróleo 10% + agua 90% aproximadamente) falló y se produjo un derrame de 2.500 barriles de fluido afectando 8,3 hectáreas aproximadamente.

Una vez contenido el derrame y notificado al Ministerio del Ambiente, quien monitoreó y supervisó el evento y las actividades por más de 14 años (2008-2022), se procedió a la limpieza y remediación de los suelos en el sitio y fuera del sitio del accidente.

Esta parte del proceso costó $25 MM y en 2012 se realizó el análisis cuantitativo de los riesgos ambientales. La comunidad fue compensada económicamente de inmediato y se suscribió el acta de aceptación respectiva

En 2017-2019 se restauró la cubertura vegetal y el ecosistema con la empresa Ecuambiente. Y como lo han demostrado los monitoreos bióticos de las zonas, las especias empezaron a retornar al lugar. Luego de restaurar la cobertura vegetal se detectó la anidación de especies sensibles en el sector de Amo A como resultado de una restauración integral del ecosistema.

De este derrame, el único significativo ocurrido desde los inicios de la operación (1992), se desprendieron varias acciones de mejora y lecciones que permitieron evitar la ocurrencia de eventos similares hasta la fecha de la reversión de las operaciones.

Desarrollo
La exploración (sísmica, perforación exploratoria y de avanzada) y evaluación del potencial de los Bloques 16 & 67 fue realizada por Conoco, así como la certificación inicial de las reservas, el diseño de las facilidades y la presentación del Plan de Desarrollo. La construcción y arranque de la producción la hizo Maxus. YPF, luego Repsol y finalmente PETROLIA desarrollaron (perforación de pozos y plataformas de producción) los campos descubiertos – Amo, Dami, Ginta, Iro, Tivacuno y Bogui-Capirón hasta su reversión al Estado en Diciembre de 2022.

La filosofía de desarrollo integraba varios conceptos enmarcados en la minimización de la deforestación y en la maximización de la Recuperación Última. Se concibieron los desarrollos “imaginando” un desarrollo costa-fuera, pues si bien no estábamos en el mar, estábamos trabajando en un “mar de árboles y fauna diversa”, el bosque húmedo tropical de la Amazonía ecuatoriana.

Perforación Facilidades de Producción
Se diseño – y desarrolló – la infraestructura de producción con: Plataformas para perforar en racimo pozos direccionales y horizontales con bombas electro-sumergibles – ESP (minimización de deforestación y maximización de la captura y producción de fluidos – agua y petróleo); facilidades de producción centralizadas y automatizadas comunicadas con fibra óptica, cables de energía y oleoductos paralelos a la vía de acceso ( ITT Ishpingo) está a 65 Km del SPF, y de existir la voluntad política y la racionalidad económica, el campo podría conectarse con la infraestructura existente a través de un oleoducto que transporte ambos fluidos (agua y petróleo) para ser procesados en el Bloque 16. En el derecho de vía (+/- 50 m de ancho) se instalaría fibra óptica y cable para transportar energía generada en el NPF/SPF para abastecer los sistemas de producción de ITT.

Los Bloques 16 y 67 están en producción y su infraestructura, en perfecto estado de funcionamiento, tiene capacidad para procesar no menos de 60.000 BPD adicionales de petróleo con capacidad para expandirse a 80.000 BPD, y 800.000 BPD de agua de formación. El incremento de las facilidades de procesamiento se daría en zonas ya intervenidas (104 Ha deforestadas) atenuando de esta manera el impacto ambiental en ITT(B43) y B31 y mejorando notablemente la rentabilidad de ambos desarrollos.

Los Bloques 16 y 67 no solo han sido un éxito económico y un ejemplo de desarrollo responsable, sino que son el modelo, el “mega piloto” de casi 40 años de historia, que le servirá a Petroecuador como guía para el desarrollo de ITT-B43 y 31, o de cualesquier otros bloques que desarrolle directamente o en asociación con empresas. Además, la infraestructura construida y los pozos perforados que no están en producción le servirían a Petroecuador como pozos de desecho del agua de producción y adelantar así el desarrollo de los Bloques ITT(B43) y 31 acelerando el incremento de producción en más de tres años.

El ahorro en facilidades y el incremento de la rentabilidad de los desarrollos por el aumento temprano del flujo de caja serían invalorables.

Ni que decir del impacto positivo en la preservación del ambiente pues la generación de energía, el tratamiento de los fluidos de producción puede llevarse a cabo en el Bloque 16, y la evacuación del crudo podría hacerse utilizando el oleoducto que conecta las facilidades del bloque con Lago Agrio desde donde se lo bombearía a Balao a través del OCP.

“En la construcción de la infraestructura de producción – facilidades, carretera, oleoducto, construcción de plataformas, etc., trabajaron más de 22.000 ecuatorianos y decenas de empresas nacionales de servicios”

Los casi 40 años de historia, muestran que los Bloques 16 y 67 son un paradigma en la exploración, desarrollo, producción y operaciones hidrocarburíferas a emular y destruyen los argumentos manifiestos de YASUNIDOS los que no tienen razón ni fundamentos.

¿Cómo es posible entonces pedir que no se lleven a cabo actividades extractivas en ITT-B43 argumentando que estas destruyen el entorno donde se las realiza, afectan la biodiversidad y perturban la vida de los habitantes del Territorio Waorani si la realidad muestra lo contrario?

Los 37 años de actividades petroleras en los Bloques 16 y 67, adyacentes al Bloque 31 y este a ITT-B43, son prueba irrefutable de que es posible extraer hidrocarburos de una manera responsable, en armonía con las comunidades con mínima afectación ambiental y generando importantes divisas para Ecuador cuya economía se soporta en las exportaciones de crudo. Hay dos realidades sobre las que los ecuatorianos deben escoger en la consulta:

Decir “NO” y desarrollar responsablemente el ITT B43 Y Multiplicar esto varias veces con mínimo impacto ambiental.

O decir “SI”, y saltar al vacío.