La tapa de alcantarillado poco pudo contener la presión de las aguas servidas en el ingreso al barrio La Hortensia, zona sur de la ciudad de Esmeraldas, cubriendo la vía conocida como La Troncal del Pacífico, que ayer, también sufrió otro colapso metros más abajo, congestionando así el tránsito vehicular.
Este acceso, según los moradores, ha sido intervenido con carros Hidroclyner, pero el problema persiste, llevando más de una semana sin la debida atención. “Esto es intolerable, vienen, arreglan, se van y otra vez se tapa”, denuncia uno de los dueños de comercios en el lugar.
Durante la visita en el sitio, se pudo constatar el taponamiento con lodo y piedras de varias rejillas de aguas lluvias, que serían en el último caso las encargadas de drenar el agua de la vía, no obstante, tampoco es el caso.
Las aguas servidas llegan hasta el ingreso de la ciudadela Julio Estupiñán, cuyo drenaje está en condiciones de evacuar las aguas. “Eso no debería ocurrir, esas son aguas sucias, deben intervenir rápido las autoridades destapando todos estos sumideros”, resalta Sonia Lino, moradora de La Hortensia.
Colapso
En la misma vía, con dirección de norte a sur, a pocos metros de la urbanización Bonaterra, uno de los sumideros de agua colapsó, congestionando el tránsito vehicular. El agua emanó de manera incesante a la carretera, avizorando el taponamiento de otras en el mismo sitio.
Trabajadores de la zona y conductores se molestaron por el terrible estado de la obra que no ha sido entregada en su totalidad y de la que aún muchas de sus áreas necesitan intervención. “Esto ocurre porque no se han destapado del todo las coladeras luego de los deslizamientos de tierra que se dieron en este sitio”, explica Miguel Gómez, conductor profesional.
En aquella respuesta podría hallarse el problema, un ejemplo de ello, es el lodo, hoy convertido en tierra dura sobre el asfalto, en la zona de aparcamiento de la unidad educativa especializada “Guiomar Vera”.
A todo ello, metros más adelante, antes de ingresar a las canchas de la Tolita, en la sección de la carretera que no ha podido ser intervenida por el paso de una tubería de hidrocarburo, se registra una fuga de agua potable pequeña, pero hace que la vía sea resbalosa y contribuye al arrastre de la tierra a las alcantarillas