Descubre lo que te da placer: 4 sencillos pasos

A veces pensamos que en la vida adulta no hay mucho espacio para los  placeres y alegrías. ¿Es realmente cierto? ¿O tal vez simplemente no sabemos u olvidamos que nos da placer? En este artículo te vamos a intentar entender esto.

¿No hay placer en la vida adulta?

¿Recuerdas lo fácil que era complacernos cuando éramos niños? Sabíamos cómo sorprendernos, divertirnos, sonreír y reír, jugar, aprender algo nuevo cada día. Todo parecía especial e interesante, incluso lo más ordinario se convertía en algo mágico.

Con la edad, todo esto gradualmente desapareció, se reemplazó con las múltiples tareas, objetivos, plazos. Nadie piensa en placer, y encontrarlo en la rutina puede ser una clave para vivir mucho más feliz.

Que haces en tu tiempo libre: tareas domésticas, lo pasas con tus seres queridos, niños, descansas pasivamente, y casi siempre con algún dispositivo en manos (hasta que se cae a tu cara o al suelo). Las vacaciones también tienen sus desventajas: hay que organizarlas, tener suficiente dinero, comprar los pasajes. Si la meta es relajarse y recuperarse hay que hacer que sea relajante y no preocupante y encontrar una diversión en ello.

Cuando éramos niños, nuestros placeres parecían más brillantes porque eran gratuitos o pagados por los padres. En la edad adulta, nuestras necesidades aumentan, y aumentan los costos financieros y el tiempo invertido en tal producción.

Hay que aprender una cosa importante: lo placentero no necesariamente debe ser caro ni costoso.

A pesar del hecho de que hay pasatiempos que requieren una inversión considerable, es injusto limitarse solo a ellos, siempre se puede encontrar alternativas. Cada persona necesita llenarse de algo positivo para soportar y equilibrar el estrés, la tensión, el ritmo loco del trabajo, responsabilidades, y no solamente con la copa de vino a regresar a casa tarde y cansado, y, aunque es un placer, no aporta nada útil a largo plazo. Para evitar el agotamiento, el estrés prolongado y los episodios depresivos, es importante crear algunas pequeñas alegrías diarias, fáciles de mantener en tu rutina.

Encuentra algo que distraiga tu atención y dé placer sin dañar la salud, algo que puedes compartir con tus seres queridos o hacerlo solo, algo que te permitirá probarte a ti mismo de una manera diferente y nueva.

La vida está llena de deberes, así que es muy importante hacer algo solo por placer y sin ningún propósito ni utilidad en absoluto. Perder tiempo, perderte en este tiempo. Del 100 % de tu vida, asigna al menos un 5 % para ti y tus placeres.

¿Cómo encontrar algo que te complace?

– Pruébalo

No importa lo trivial que pueda sonar, aún no se ha inventado ninguna alternativa. Busca, intenta y vuelve a buscar. Aprende lo que hay en tu ciudad, lo que ofrece Internet, involúcrate en el proceso sin valor, sin esperar el resultado, tratándolo como un juego.

  Mira a tu alrededor

¿Qué apasiona a tus amigos, colegas, pareja? ¿Y si te unes a ellos, tal vez eras escéptico sobre sus aficiones en vano? O, por el contrario, has querido probar algo durante mucho tiempo, pero no te has atrevido a hacerlo solo. Ve a clases de salsa, bachata, o tango, hacer manualidades, algo de arte no está mal.

– Recuérdate cómo eras de niño

Volver a la experiencia pasada ayuda muy bien: escribe todo lo que te daba placer en la infancia, que te hacía feliz. ¿Qué se podría hacer de esta lista en tu vida actual? Tal vez bailabas o tocabas piano, ¿pero después de la escuela renunciaste a este hobbie? Pues, ¡nada te  detiene a volver con esta actividad! O soñaste a aprender a cantar y ser un cantante famoso, pero te dijeron que ser abogado es más sólido: es hora de hacer realidad los sueños de los niños e ir a una clase de canto.

– No te olvides de las pequeñas alegrías

En búsqueda de un gran placer, no ignores los rituales diarios que te traen alegría. Por ejemplo, a encender las velas antes de acostarse y disfrutar su luz viva, suave y natural (solo no olvides de apagar ante dormir por el tema de seguridad), aplicar una crema con aroma delicioso, tomar café no solo para despertarte, sino lentamente, conscientemente, de una hermosa taza y con un delicioso postre (y buena compañía, que puede ser tu propia compañía).

Intenta de no verte a ti mismo y a tu rutina diaria como algo establecido e inquebrantable, siempre hay espacio para experimento: explora, prueba, arriésgate, aborda la búsqueda de la alegría por ti mismo con la curiosidad inherente del niño: jugar e involucrarse en el proceso. Esto te ayudará a conocerte mejor, y a los que amas, a colorear tu forma habitual y, por supuesto, a traer mucha diversión (la que tanto buscamos). Encuentra tu placer, que sea grande o pequeño, disfrútalo a full y vive más feliz. (T.S)