ARGENTINA EN LLAMAS

No pecaría de exagerado si afirmo que todos los paraguayos tenemos algún familiar viviendo en la Argentina. La constante turbulencia política caracterizada por las revoluciones y la última dictadura del general Alfredo Stroessner terminaron expulsando a miles de paraguayos. Otros miles migraron buscando mejores oportunidades de vida. Ellos son los exiliados políticos y exiliados económicos y el vecino país es donde se concentra la mayor cantidad de paraguayos migrados.

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Por esas razones siempre estamos pendientes de los acontecimientos políticos, económicos, culturales, etc., en nuestro país vecino, pues tienen efectos en el valor de su moneda: el peso, hoy día muy devaluado.

Muchas familias, principalmente del interior del Paraguay o, residentes de los barrios periféricos de Asunción, dependen de las remesas de dinero enviadas cada mes por sus familiares radicados en la Argentina.

Pese a esa realidad de casi todos los paraguayos y el efecto que tienen las remesas de pesos en la economía del país, esta crisis política que tiene como eje principal a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, no es noticia relevante para los medios masivos de comunicación de Paraguay. Felizmente para esa población dependiente del dinero que reciben de familiares radicados en la Argentina, la tecnología pone al mundo en sus manos en fracción de segundos mediante el celular y el internet.

Es probable que ese “desinterés” de los medios de comunicación por la crisis argentina magnificada por el fallido magnicidio del jueves 2 de setiembre es porque el Paraguay vive su propia crisis a raíz de la alta corrupción política y el debilitamiento institucional, potenciados por la decisión del Departamento de Estado norteamericano, anunciada por su embajador en Asunción en rueda de prensa de nombrar al ex presidente paraguayo Horacio Cartes de “significativamente corrupto, ligado al crimen transnacional, al narcotráfico y al terrorismo, poniendo en riesgo la soberanía norteamericana, del Paraguay y de la región y que en el ejercicio de su mandato obstruyó la investigación de esos delitos”. Y una semana después anunció también la designación de “significativamente corrupto y haber sobornado a un funcionario público con un millón de dólares para frenar una investigación que ponía en riesgo sus intereses financieros” al vicepresidente paraguayo en ejercicio, Hugo Velázquez.
Como verán, las crisis políticas en la Argentina y en el Paraguay tienen un mismo origen, la corrupción y el abuso del poder, mecanismos con los cuales se enriquecieron a costa del empobrecimiento de la población.

La crisis está instalada en la Argentina y es mucho más grave porque es el mismo presidente del gobierno y la misma vicepresidenta los que la crearon e incitan al odio apelando a la estrategia de culpar a los otros – oposición, periodistas y medios de comunicación críticos – y mientras la preocupación de los paraguayos con familiares en el vecino país, también continua.

LA DEMOCRACIA Y LA LIBRE EXPRESIÓN EXTORSIONADAS

¿Cuándo y por qué comienza esta crisis en la Argentina? Para responder la primera pregunta, como dijera el periodista y escritor Jorge Lanata, hay que recurrir a la historia. La segunda interrogante, ¿por qué esta nueva crisis? es mucho más sencilla responder.

Cristina de Kirshner soporta más de una docena de procesos judiciales y aparece en su camino un fiscal que llevó adelante uno de esos casos, juntando “unas 3 toneladas” de pruebas en el juicio conocido como Vialidad por lo que pide al juez sentenciar a la vicepresidenta a 12 años de cárcel e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos. Ante la imposibilidad de derrumbar los argumentos del fiscal con documentos que prueben su inocencia, convocó a sus fanáticos seguidores a manifestarse porque el juicio, que dijo, no es en su contra, sino “un ataque al peronismo” al que, aseguran analistas políticos y periodistas, siempre odió.

En total desprecio por el derecho de sus vecinos, cada noche, desde la ventana de su departamento, arenga a los manifestantes, impidiendo el libre acceso y salida del edificio, inclusive poniendo en peligro la integridad de cada uno de sus residentes. Desde el día que fue imputada, el propio presidente de la Nación, Alberto Fernández, en un programa de la televisión dijo que esperaba que con el fiscal que pide la condena de la vicepresidenta no ocurra lo mismo que ocurrió con Nisman, aquel fiscal que la noche anterior a su comparecencia en el Congreso de la República para presentar las pruebas que demostraban la responsabilidad de la actual vicepresidenta en hechos punibles, apareció muerto en su departamento, con el argumento oficial de que el mismo se suicidó.

En cualquier país serio que, penosamente, la Argentina parece no ser, el presidente que realice unas declaraciones como las que hizo Alberto Fernández a la televisión seria destituido por la vía del juicio político.

Al mandatario se sumaron otros dirigentes privilegiados por el kirchnerismo, piqueteros, sindicatos y otros amenazando con cerrar rutas y aislar a la capital porteña creyendo que con esas movilizaciones harían retroceder a la justicia en el procesamiento de la señora de Kirchner.

El senador José Mayans, cercano a la vicepresidenta, por la provincia de Formosa, cercana a Paraguay, inclusive en una propuesta extorsiva dijo que, si se quería la paz social en la Argentina, habría que suspender el juicio de Vialidad que podría llevar a la cárcel a la señora Cristina. El discurso del odio es peligroso porque pone en riesgo la democracia y la vida de periodistas y opositores.

ARGENTINA EN LLAMAS

La crisis se enrareció mucho más cuando el jueves 2 de setiembre un hombre apuntó un arma a la cara de la vicepresidenta intentando asesinarla. El hecho ocurrió, no se puede negar, así lo demuestran las filmaciones de canales de televisión y de algunos fanáticos seguidores del kirchnerismo logradas con sus teléfonos celulares.

Pero, la duda también está instalada, porque, dicen los mismos periodistas argentinos que el kirchnerismo hizo de la mentira la principal base de construcción para su facción política escindida del peronismo.

Expertos en armas y en seguridad de personalidades de diferentes ámbitos apuntan varios errores muy llamativos como el que los miembros de la seguridad personal de Cristina no reaccionaran, sino que fue un secretario personal de la misma, el que lo hiciera; éste, según la prensa argentina, de absoluta confianza de la vicepresidenta, quien, como si no hubiera pasado nada continuó firmando autógrafos y hasta se paró en el automóvil a saludar a sus seguidores y luego entró caminando con total tranquilidad a su edificio.

Otro hecho llamativo que genera dudas fue que en una de las filmaciones se ve que el arma disparaba lo que parece un chorro de agua, cuando que las armas, afirman los entendidos, no tienen agua, salvo que sea algún liquido usado en la limpieza de la pistola, lo que es de remota posibilidad.

LA PREOCUPACIÓN NO ES SOLO EL DINERO

Como la crisis argentina cada día se profundiza más la preocupación de las familias paraguayas no es solo la posibilidad de que se suspenda la remesa de pesos por familiares radicados en el vecino país. La preocupación va más allá de eso, el temor es que en cualquier momento puedan recibir la infausta noticia de que algunos de ellos terminen muertos por los fanáticos seguidores de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.

Esperemos que el odio instalado en la Argentina en procura de frenar la acción de la Justicia no llegue al extremo de liquidar a los que no piensan igual que ellos. Esperemos también que en el menor tiempo la cordura, que parece no caracteriza a los políticos, llegue al vecino país y logre su desarrollo en paz y sin corrupción.

Ramón Zalazar