Aprénde a decir “NO”

¿Qué tiene de malo ser siempre agradable, amable y fácil en comunicar? Tal vez esto: el deseo de permanecer así 24 horas diarias y 7 días por semana. ¿Cuál podría ser la desventaja de tal amabilidad sin límites?

Existe en el medio oriente el fenómeno, triste e interesante, de ser Bik aybat cashé (“muy buena persona” en el tártaro).

Es decir, ser una persona muy, pero demasiado buena… y las consecuencias de ello.

Fenómeno de Bik aybat cashé.

(Una historia del libro del cirujano-oftalmologo ruso-tártaro Ernst Muldashev)

Imagínense: un día una muy linda chica empezó la relación con un muy buen chico; no solo con un buen chico, sino con un hombre poderoso, guapo y fuerte con el que, como dicen, irías adonde sea.

Algún tiempo después de que se conocieran, se le pregunta a la chica:

  • ¿Cómo van las cosas con él?
  • – Ul bik aybat Ceshe (es una muy buena persona), – respondió ella de una manera tártara.

¿Es peor la amabilidad que el robo?

– “Bik aybat cashe»? – Pensé. – ¿Qué tiene de malo ser un «bik aybat cache», es decir, una muy buena persona?

Ya hemos aprendido a entender claramente el concepto de «escoria», pero todavía somos poco conscientes del concepto de «bik aybat cache». Incluso queremos convertirnos en un «bik aybat keche»… y en vano. No entendemos que sea igual de malo como ser una escoria: ser «bik aybat keshe» significa arruinar con tu suavidad, tu indulgencia… Y un intento de parecer mejor, más amable y más generoso con otro de lo que realmente eres.

La conclusión y spoiler: no sean así.

La triste realidad es que las personas que siempre están “a favor”, que son demasiado amables, son las primeras en la lista de ser abusadas y no apreciadas. Si quitamos esto, ¿que realmente se siente ser una persona así? ¿Si vale la pena o no cambiarse? Evalúa por ti mismo, después de leer este artículo.

Tú y yo y todos nosotros conocemos a alguien así, tal vez tú también seas uno de ellas: personas dulces y sinceras, las que siempre ven o intentan de notar lo mejor de los demás, siempre cumplan su palabra, están listos para echar la mano o asumir voluntariamente una tarea que nadie quiere resolver; sensibles a los sentimientos de los seres queridos, fáciles de comunicar y que rara vez discuten, si es que alguna vez discuten. ¿Qué tiene de malo ser así? Nada, dirás. Pero si eres lindo siempre y con todo el mundo las 24 horas del día 7 días de la semana, este estilo de comportamiento puede ser peligroso para ti.

Contras típicos de ser “todo el bonito”:

Acumulación delo negativo

No solo eres mono, sino que también eres absolutamente sereno y tranquilo, ¿verdad? No lo creo, a menos que tomes algunos sedantes altamente efectivos. Desafortunadamente, las personas «siempre agradables» tienden a internalizarse, para retener las emociones negativas que surgen naturalmente en la vida cotidiana, y un subproducto de este exceso de autocontrol es la depresión, la ansiedad y varias adicciones y trastornos, ¡ten cuidado!

Autocrítica

En el deseo de ser bueno, lo más probable es que tu infinito sentido de la culpa desempeñe un papel especial. Te acusas a ti mismo de todo: que no has preveo las consecuencias que tus palabras obligaron a otra persona a actuar de esta forma. Dentro de ti hay un crítico, y más estricto de todos, que de vez en cuando te regaña con una voz de padre enojada y amenaza con un dedo. Que malo que eras, que equivocado que es, que haga mejor las cosas las siguiente vez, y así cada vez. Este diálogo interno, de verdad, no debería pasar y deberías dejarlo ser y fluir tal cual, tomar tus momentos de descanso y no pensar en los escenarios posibles y mejores de lo que ya ha pasado. Pasado es pasado. Se fue. Entonces, pasa que bajo tal presión te prometes prometes de ser aún mejor, pero hay una trampa: hagas lo que hagas, nunca serás lo suficientemente bueno.

Averías regulares

Si la depresión, ansiedad y adicción no son lo suficientemente fuertes como para mantener los sentimientos indecentes bajo control, es probable que te arriesgues a salpicar la ira acumulada contra el niño, romper con un colega tranquilo y distraído o emborracharte hasta que pierdas el conocimiento. Después te sentirás terriblemente culpable, te disculparás (ya que eres tan bueno), prometiendo no volver a hacerlo nunca más… Hasta que la presión vuelva a aumentar. Voilá, se cerró el círculo.

Resentimiento

La indignación acumulada a menudo puede llevar a la histeria o incluso a la ruptura, pero más a menudo el resentimiento y el descontento simplemente arden si son constantemente presentes en tu vida. La apariencia de resentimiento es natural: al mostrar cortesía, naturalmente esperas que otros aprecien tus esfuerzos titánicos, sigan tu ejemplo y se comporten como tú. ¿Es lo que esperas? Ya no lo hagas más, si quieres ser bonito o comportarte de tal forma, hazlo solo por querer, y sin autodaño, ya que la gente va a actuar siempre de la forma que son ellos, anotalo. Falsas esperanzas, armas falsas ilusiones, la consecuencia de ello es de decepción una y otra vez. Evita este esquema por favor, no tiene nada que ver con tu bienestar mental. Las personas listas para ello sin tus palabras, ni razones, ni pedidas entenderán lo que necesitas te lo ofrecerán, aunque nunca digas cuáles son estas necesidades.

Compromiso ante tiempo

En lugar de informar inmediatamente y claramente a alguien sobre tu solicitud, haz algunas preguntas y opten algo de la información exacta de lo que otra persona actualmente quiere. E también esto será la forma de aprender y lograr a cumplir tus promesas, ya que serán más conscientes y analizadas.

La agresión pasiva

En relación con los más cercanos, puedes elegir un estilo de comportamiento discreto y pasivo-agresivo: hablar a sus espaldas (que malo), lanzar las palabras, presionar, causar la sensación de culpa, ofenderse y dejar de hablar, pero no decir por qué (que lo adivinen solos), y todo esto porque no te permites expresar tu fatiga, irritación o descontento directamente. Nunca le dices a tu pareja lo que realmente quieres y sientes (lee sobre la contradependencia). Evites aclarar las cosas y los conflictos abiertos, y, como resultado de esta «media» honestidad, las relaciones con los seres queridos se agotan y finalmente pueden (llegar a su fin) notablemente complicarse y empeorarse.

¿Significa que no hay que ser tan mono?

No, no significa, pero hay que diferenciar entre una vida impulsada por los valores y la por la ansiedad. Lo primero se basa en creencias, una comprensión firme de cómo tratar con los demás: eres amable y con tacto, vez que todos sobrevivimos en este pequeño punto del Universo, y tratas a los demás de la manera en que te gustaría que te trataran, y haces esto no porque «deberías» o tengas miedo del posterior sentimiento de culpa, sino porque esta es tu forma de vida y existir. Pero al mismo tiempo, puedes decir NO, cuidarte no menos que a los demás, ser asertivo y honesto sin ser agresivo ni hacer daño. Cuando tu vida está controlada por la ansiedad, tomas una posición para evitar las confrontaciones y conflictos que no puedes o no quieres soportar. “Yo soy feliz si tú eres feliz», es decir, hago todo lo necesario para no enfadar a nadie, porque de lo contrario empiezo a preocuparme. En realidad esto significa no poder decir “No”,no expresar tu opinión en voz alta, no mostrar honestidad y asertividad debido al miedo, y no se trata de valores, sino de la imagen bonita que te protege del mundo aterrador.

Formas de cambiar el comportamiento:

Si sientes que en realidad estás cansado de ser bueno o de las consecuencias de este estilo de vida, es hora de apagar el piloto automático y cambiar tu comportamiento.

1. Baja la velocidad, cálmate y trata de entender cómo de verdad te estás sintiendo

¿Pareces la persona agradable en todos los aspectos? Probablemente ni siquiera entiendas tus verdaderos sentimientos la mayor parte del tiempo, así que ante levantar rápidamente la mano  primero cuando se trata de ser voluntario, respira profundo y pregúntate si realmente quieres hacer lo que estás de hacer. No hagas compromisos preliminares, piensa primero en lo que realmente quieres  (tal vez quieres descansar). Si no lo puedes definir en el momento, espera y pregúntate de nuevo más luego, y por ahora no prometes nada.

2. Aprende a decir «no»

Vale la pena aprender a expresar la negativa de forma activa y establecer los límites. Y es aún mejor declarar su renuencia incluso antes de que se le pregunte, para que otros entiendan inmediatamente su posición. Si es demasiado difícil decir «NO» en persona, deja un mensaje de voz o escribe un mensaje. Buen comienzo. De cualquier forma, solo hazlo.

3. Tu ira te dirá la verdad

Presta atención a aquellas situaciones en las que sientes ira, irritación o indignación, y usa esta información como la indicación natural de lo que no te gusta y que no necesitas. Luego, pronúncialo en voz alta.

4. Se honesto

Por un lado, es declarar tus límites y, por otro, dar un paso hacia una relación más cercana. Renuncia a los diálogos seculares en favor de conversaciones más francas y profundas, dile a los que te rodean cómo te sientes realmente y no renuncies a «todo está bien” y la sonrisa amplia pero falsa y de servicio.

5. NO a la crítica interna

La voz crítica se volverá loca y seguramente saldrá fuera del control cuando empezarás a actuar de acuerdo con lo anterior. Te sentirás culpable. Te parecerá que el mundo te despreciará y que algo terrible sucederá. Siempre sucede cuando rompes los patrones habituales. Respira profundo y sigue.

El rechazo no te convierte en una mala persona, por el contrario, la capacidad de decir «no» es una de las habilidades más importantes que podemos dominar. Aumenta nuestra eficiencia, mejora relaciones con los demás y da confianza y tranquilidad. Y calma. Después de dominar el arte de decir un firme y educado «no» y practicarlo regularmente, te darás cuenta de que serás percibido de manera diferente: la gente te valorará más a ti y a tu tiempo y te verá como un líder, no como esclavo o recesivo, o fácil de manejar y abusar.

No te dejes abusar ni llevar, pero no dejes de ser una buena persona, por cualquiera ley del Universo o sin ella ni por nada del mundo. Solo porque sí. (T.S)