Una operación militar llevada a cabo por las Fuerzas Armadas ecuatorianas en la zona de San Lorenzo, cerca de la frontera con Colombia, dio como resultado la incautación de 120 tanques de gas licuado de petróleo (GLP) transportados ilegalmente, junto con tres embarcaciones y cinco motores fuera de borda.
Esta operación se llevó a cabo como parte de los esfuerzos militares por controlar el tráfico de armas, municiones y explosivos en la región, debido a la presencia de grupos armados ilegales que operan en el lado colombiano.
Los militares descubrieron los tanques de gas en una zona de manglares, donde se cree que estaban siendo transportados ilegalmente de Ecuador a Colombia. Cada tanque tenía una capacidad de 15 kilogramos y no contaban con los permisos ni las medidas de seguridad requeridas. Las pruebas fueron entregadas a las autoridades competentes para su procesamiento legal. Según los militares, este tipo de operaciones tienen como objetivo evitar el contrabando de combustible y otros productos que tienen un impacto negativo en la economía y la seguridad nacional.