Trabajo para los nuevos tiempos

Las disputas laborales en Ecuador suelen estar protagonizadas por los representantes del sector empresarial y las organizaciones de trabajadores. Desgraciadamente, el grupo más numeroso y necesitado, el de los desempleados, suele quedar fuera del debate. En futuras reformas laborales, la prioridad no deberían ser los trabajadores ni los empleadores, sino los millones de ciudadanos que carecen de empleo.

La falta de urgencia política y una serie de trucos estadísticos en las mediciones han llevado a Ecuador a perder la noción de la gravedad de sus índices de desempleo. Solo una minoría cuenta con un empleo formal y adecuado, mientras lo usual es que la ciudadanía languidezca en el desempleo o en la precariedad del subempleo.

Ecuador ha sufrido a lo largo de las últimas décadas una descomunal transformación económica y demográfica. Sin embargo, su régimen laboral obedece a condiciones de hace casi un siglo. Insistir en darle la espalda a las nuevas posibilidades, tecnologías y realidades económicas, para aferrarse intransigentemente a nociones caducas, ha hecho que, pese a que existe una demanda creciente de bienes y servicios y una inmensa cantidad de personas buscando empleo, resulte muy difícil generar puestos de trabajo.

En el mundo actual, a diferencia de lo que sucedía en siglos pasados, no se puede mantener cautiva a la fuerza laboral. Al carecer de opciones, los ciudadanos apelarán a la migración o a una informalidad cada vez más intrincada. El país no puede darse el lujo de desperdiciar tanto potencial humano. La reforma laboral es urgente.

 

FRASES DEL DÍA

«La democracia es la mejor venganza.

Benazir Bhutto (1953-2007), ex primer ministro de Pakistán

«Nuestra paciencia logrará más que nuestra fuerza.

Edmund Burke (1729-1797), filósofo irlandés