Tabúes que encubren la verdad

La reciente filtración de un audio relativo al caso de femicidio de María Belén Bernal —una presunta conversación entre la cadete detenida Joselyn Sánchez y su abogado, Henry Moscoso— despierta polémica por el contenido sexual del material. Además de irrespetar el secreto que salvaguarda la relación de un abogado con su cliente y la reserva que requiere una investigación en curso, los críticos señalan la irrelevancia del contenido y el innecesario llamado al morbo. Sin embargo, ¿pueden de verdad esclarecerse los trágicos hechos de la madrugada del 11 de septiembre de 2022, en la Escuela de Policía, dejando a un lado lo sexual?

Muchas veces en nuestro país, en nombre de la discreción , se encubren elementos determinantes para la plena comprensión de un hecho. En varios casos de inmensa importancia para el país y sus instituciones, se torna imposible entender el carácter de los implicados, su motivación y la dinámica existente entre ellos si se deja al margen el factor sentimental y sexual. Es innegable, además, el doble rasero existente. Los hombres no soportan el tabú con el mismo peso que las mujeres o las minorías sexuales; las clases populares no gozan de tanta indulgencia como las élites; se normaliza la discriminación y la imposición de roles apelando a una causa aparentemente noble.

No se trata de ser moralistas, de desatar una caza de brujas puritana ni de irrespetar el comprensible velo que protege a los crímenes de índole sexual, pero hay circunstancias en las que el interés público trasciende un mal entendido respeto a la intimidad. La verdad exige dejar a un lado los prejuicios.