Rescatar la paternidad

Vivimos en una sociedad y una época que parecen valorar la productividad por encima de todas las cosas. Ya nadie está exento de la presión por generar recursos, proveer y dedicarse a actividades rentables; se espera, tanto de hombres como de mujeres, de adultos profesionales como de jóvenes que apenas están comenzando su vida laboral, que hagan de la producción su prioridad. Esta forma de pensar conlleva muchos beneficios, pero también  conduce a olvidar que varias de las más importantes actividades humanas no son, en sentido estricto, rentables. La crianza, sin lugar a dudas, es la más trascendental de ellas.

En este día tan importante resulta justo y oportuno recordar la deuda moral que, poco a poco, ha ido acumulando la civilización contemporánea con las tareas de cuidado y formación de los miembros más débiles de la sociedad. Corremos el riesgo de olvidar que, al final de cuentas, los seres humanos autónomos, maduros, fuertes y pudientes son una minoría; la amplia mayoría de nuestra especie está conformada por niños, ancianos, gente con capacidades especiales, personas con necesidades básicas insatisfechas  o en situación de dependencia cuya sobrevivencia y prosperidad dependen de la colaboración con el prójimo. No es una debilidad, sino nuestra principal fortaleza.

La paternidad, la paciente tarea de cuidar y formar día a día a quienes están llamados a sucedernos, constituye la esencia de ese fenómeno. Ojalá recuperemos la conciencia de su importancia y de la necesidad de tomar todos parte en ella.

FRASES DEL DÍA

«La gente olvida lo que dices y olvida lo que haces, pero jamás olvida cómo la hiciste sentir.

Maya Angelou (1928-2014), escritora norteamericana

«Es más fácil construir niños fuertes que reparar hombres rotos

Frederick Douglass (1817-1895), educador