Las exportaciones siguen diversificándose

Ecuador continúa ganando terreno como exportador de frutas. Apenas en este año, el valor de las exportaciones de una decena de frutas no tradicionales aumentó en más del 60%. Se trata de una excelente noticia, en un momento en el que los precios de otros productos han bajado y en que la probable llegada de El Niño amenaza a ciertos productos tradicionales de exportación.

El panorama es alentador. Gran parte de la producción se concentra en zonas tradicionalmente deprimidas y ajenas a la agroexportación tradicional; allí, dinamiza la economía local y genera empleo. Implica aprovechar algunas de nuestras inmensas ventajas, como un suelo rico en nutrientes, abundante sol, grandes recursos hídricos y una gran masa de trabajadores en edad productiva. Ecuador está cosechando grandes éxitos en varios productos en los que se juzgaba imposible competir con potencias locales —aguacate, granadilla, maracuyá, pitahaya, uvas, arándanos, etc.— y es solo cuestión de tiempo antes de que toda esta experiencia se refleje en una vasta generación de conocimiento y tecnología propia, como ya se vio con el banano, el camarón y las flores.

Ante todo, este positivo crecimiento es producto del trabajo de la gente y de la bondad de la geografía. Sin embargo, su potencial sería mayor si contara con una gestión pública pragmática. Esfuerzos como la consolidación de beneficios arancelarios con Estados Unidos, una mayor inversión en seguridad, conectividad o mejoras en infraestructura vial básica harían una inmensa diferencia. La tarea pendiente es para las autoridades que están por llegar.