Fin de la alianza, un nuevo reto para Noboa

El anunciado fin de la virtual alianza que unía al partido oficialista Acción Democrática Nacional, el Partido Social Cristiano y la Revolución Ciudadana inaugura una nueva etapa para el Gobierno del presidente Daniel Noboa. A partir de ahora, es sumamente probable que tenga que enfrentar algo con lo que, a diferencia de sus predecesores, no había tenido que vérselas: una oposición intransigente.

Hasta el momento, la coyuntura había favorecido notoriamente al Ejecutivo. Tanto la crisis de seguridad como la dramática situación fiscal sirvieron para propiciar un clima de unidad alrededor del presidente. Se vio beneficiado también por el mal desempeño de la administración anterior; las comparaciones con el pasado inmediato beneficiaron ampliamente al nuevo mandatario ante la opinión pública. Los logros en seguridad, por ejemplo, contrastaron positivamente con la violencia que se vivió en meses anteriores.

El rompimiento del pacto no es la única amenaza que se cierne sobre la popularidad del Gobierno. Pronto, la población sentirá los efectos de las medidas económicas que el Ejecutivo ha tomado para mantener el gasto público, y se espera que vendrán más. Pronto habrá que ver cuánto más puede el Gobierno mantener el ritmo actual —costoso y excepcional— de combate a la inseguridad.

Daniel Noboa asumió el mando del país en una situación de extrema dificultad pero, de cara a la campaña en curso, necesita empezar a comunicar un proyecto que vaya más allá de apagar incendios. Igualmente, la población reclama posturas claras ante temas fundamentales— ITT, crecimiento económico, atrasos del Estado, la impunidad que persigue el correísmo, etc.—. Ahora es urgente.