Votación cubierta por dolores

Jaime López

Empecemos a numerarlos: las implacables estadísticas de empresas nacionales y extranjeras nos indican que hay un porcentaje muy doloroso de ecuatorianos a los que la democracia les importa un bledo, que no tienen en quien creer para votar para Presidente, que la proliferación de candidatos les provoca incredulidad, por lo que la votación se avizora como un peligro para el país que necesita resurgir.

La incautación de arsenales dentro de las cárceles nos llena de asombro, eso nos prueba que los líderes delincuentes están más libres que nunca, por lo que los asesinatos ocurren a vista de todo el mundo, de día y bajo un sol que antes era resplandeciente, pero que ahora parece ser pantalla para que las balas circulen como si fueran peatones.

El dolor de la Señora viuda del General Gabela, que muchos lo hemos compartido, no se elimina porque por más que nuestro símbolo y esperanza la Fiscal General Salazar, valiente, honesta como pocos, se empeña en demostrar que el crimen del General Gabela fue un crimen de estado cometido en aquel período que nos provocó todo lo que hoy nos ocurre, robos, estafas, corrupción y una dolorosa incredulidad en la democracia, que lamentablemente puede que se refleje en la próxima votación.

El Tribunal Electoral cada vez implementa mecanismos que nos obliga a pensar que lo que hace es fabricar es artimañas disfrazadas de tecnología que en algunos países no dieron resultados, y contrata como responsables de implementar estos sistemas a un individuo plenamente identificado como  integrante de la maraña del prófugo. Esta alimaña al haber elegido como candidata a una mujer que ha tenido el descaro de declarar abiertamente sus dementes ejercicios cometidos en su juventud, lo que pretende no es ganar la Presidencia, ya lo ha dicho casi abiertamente, si no apropiarse de la Asamblea, del  mal oliente organismo de Participación Ciudadana, es decir, seguir con su populismo lavador de cerebros a borregos, soñando que la corrupción lo salvará de los procesos que debe afrontar, entre ellos  el de la muerte del General Gabela, y otros que le significaron miles de millones de dólares que los repartió a diestra y siniestra. Ahora la persecución a los periodistas investigadores de la realidad que nos  fue ilustrada, no es más que otro de los dolores que están cubriendo  las próximas votaciones, en un País que con toda la veneración debemos seguir llamando Ecuador, pero que tampoco hay que olvidar que sus países fronterizos están inmersos en luchas internas, que hará que el narco intensifique su presencia. Con valentía y decisión hay que superar estos dolores.