Vender el futuro

Cecilia Chacón
Cecilia Chacón

En pocos meses tendremos presidente de la república, y cual carrera sin tiempo no se han hecho esperar las alianzas, las ideologías se han acabado y funciona la desesperación, la angustia, como leiv motiv para ganar adeptos.

Las máquinas electorales en las que se han convertido los partidos funcionan a mil por hora, su objetivo no solo es el poder sino sobrevivir políticamente, porque ello les permite seguir jugando en la repartición del poder.

Por otro lado, el ciudadano común, el que está cansado de la asamblea, de los asambleístas, de sus pocos resultados, del gasto excesivo que representa sostenerlos, se ve confrontado en la obligación de elegir una nueva asamblea y por otro lado, en el voto ciudadano está el poder para estabilizar el país, dándole una pseudo paz con la elección presidencial.

Todo esto, en las marquesinas de la propaganda, el tik tok, el twiter, las redes sociales con promesas que abusan de la necesidad social y por tanto, la intención del presente es VENDER EL FUTURO como una promesa, como una búsqueda soñada del país que todos queremos, como una referencia, un norte, una apuesta, una brújula que se aleje de la desesperanza.

¿Y quién tiene la fórmula del futuro? Pues nadie. Nadie puede vender el futuro, pues éste no existe. De sobra lo sabe bien el Presidente Lasso, que sus sueños de gobernar y mantener la gobernabilidad se acabaron en cuanto empezó su periodo político. Debería ser una lección para los candidatos presidenciales para concentrar sus propuestas políticas en prioridades elementales y básicas para sostener la dolarización, la economía, la tranquilidad, la reducción de las mafias.

Por favor no ofrezcan más. El Ecuador de regreso a la democracia, debe volver a la confianza ciudadana para con sus instituciones, como la justicia, la educación y la salud, elementos claves para forjar un país de derechos y crecimiento. No queremos bolas de cristal que nos mientan con su versión de futuro inexistente, queremos país para vivir y no motivos para salir de él.