Eeasa iluminó el orgullo

Jaime López

Sesenta años de labor permanente en la distribución de energía a las provincias centrales del Ecuador, permiten decir que la Eeasa de Ambato ha iluminado el orgullo de los ambateños, que la proclaman como una empresa que debe servir de modelo de cómo hay que crear en el país instituciones administrativas de capacidad empresarial que preserven los radicales valores del trabajo bien ejecutado, honesto, inclaudicable, con el concurso de directivos y trabajadores unidos para conseguir objetivos perfectamente definidos y llegar a la realización de metas despojadas de intereses, que muchas veces hacen que las capacidades naufraguen en ideologías que deben ser superadas.

Y esto hay que recalcar en la revisión histórica de lo que directivos, presidentes ejecutivos, empleados y trabajadores han hecho en la Eeasa para servir a más de un millón de ecuatorianos, sin que hayan olvidado de conformar sus  sindicatos de trabajadores, de asociaciones de técnicos y profesionales, pero siempre conscientes de que su principal obligación ha sido y será el servicio al usuario, verdadero motor generador de la energía y vida personales.

En sus sesenta años de vida la Eeasa no ha tenido más allá de una decena de gerentes o presidentes ejecutivos, quienes demostraron que habiendo surgido de su estructura interna, su formación estaba dirigida a iluminar todos los senderos provinciales, todos los caminos que no debían permanecer obscuros, porque la luz es la que brinda belleza y nuestra ciudad y provincia cuando el ocaso impone se presenta como una de las mejores iluminadas en  nuestro Ecuador.

Los edificios de la Eeasa siempre fueron y han sido muestras de una planificación arquitectónica destacada, por lo que no se debe justificar se atente contra su señorial estructura.

El soterramiento de cables emprendido desde hace dos años realza también la belleza de la ciudad  y las molestias se han superado con la comprensión de los habitantes de este Ambato,  que celebra un año más de Eeasa  como testigo de cómo ha distribuido la energía y sigue iluminando nuestro orgullo.