Tarjeta roja empresa de agua

Iván Paredes

La ciudadanía esta alterada por la falta del servicio de agua que soportaron, justamente, en los días de fin del año pasado e inicio del actual año; es decir, una semana sin el uso del agua, necesario para la subsistencia del ser humano y la vida.

Y, es lo menos que se puede decir sobre su molestia, primeramente, el no haber tomado las previsiones necesarias para evitar este engorroso mal denota la falta de atención a la ciudadanía en días donde la gente quiere desbordarse de alegría después de un largo año de trabajo y estrés político-estatal. Una semana antes de este acontecimiento pudimos observar que el querido río Ambato tenía abundante agua desde la represa “Aguaján” en la antigua carretera a Guaranda llamada Vía Flores, corriente arriba, luego de esta, aguas abajo era desviada llegando a la Planta de Tratamiento de Agua Potable Tilulum un mínimo caudal; entonces, no pueden decir que es problema del estiaje, sino de la falta de control, cuidado y previsión en el manejo del servicio del líquido vital plenamente garantizado en la Constitución del Ecuador, en sus artículos 12, 318 y 411, específicamente.

Evidenciamos que en la  vía Circunvalación, al inicio de la denominada “Curva Brava”, sector Miraflores, nuevamente abrieron el pavimento, al ser la cuarta vez, aproximadamente, que lo hacen, aumentando el alcantarillado y dando solución luego de una larga semana sin el uso del agua para la zona Norte de la ciudad; pero, allí no termino el sufrimiento ciudadano, al no dejar cerrando como es debido el lugar donde realizaron los trabajos, se han levantado polvaredas inmensas, a sabiendas de ser una vía bastante transitable que conecta a las zonas alta y baja de la urbe, afectando la salud de los habitantes en momentos que el COVID-19 está repuntando, en especial, en los niños.

La ciudadanía exige un servicio de óptima calidad y la reparación e indemnización, como establece nuestra Carta Magna.