Es hora de que la voz veterinaria, potente, fluida, oportuna y científica se escuche en el país, demostrando que somos un gremio médico respetable y organizado, que busca el bienestar colectivo, sembrando de riqueza pecuaria el horizonte ecuatoriano.
Ahora con motivo del cambio de gobierno, debemos llegar a la presidencia y ministerios ligados, para plantear cambios básicos en las diferentes áreas relacionadas, buscando una positiva participación por el bien del país. Una de ellas, es el ámbito de la salud pública, espacio donde hemos sido marginados, no por la ciencia, sino por los políticos de turno que, ignorando nuestra valía técnica, negaron la participación veterinaria en cruciales momentos, siendo uno de ellos, la redacción del nuevo código de la salud, que carente de sostenibilidad, ha tenido el derrotero deducible.
El corto espacio disponible en este prestigioso diario, me obliga a ser lacónico, partiendo para el efecto, de un principio universal emitido por la FAO/OMS en 1945, cuando determino que la salud pública es una sola, con dos pilares que la sostienen: la salud publica humana y la salud publica veterinaria, permitiendo a nuestra profesión incursionar en los campos inherentes de las zoonosis, control de alimentos, participación en el sistema rural de salud, vigilancia epidemiológica investigativa y preventiva, control de camales, control de industrias pecuarias, entre otras, llegando en los países desarrollados, a ser del veterinario la figura clave de la salud colectiva.
En nuestro país lamentablemente no es así, debiendo la nueva dirigencia profesional, plantear los cambios necesarios al sistema de salud aprobado, que bajo el modelo Bismark, segmenta los sectores público y privado, definiendo un modelo curativo, en vez del preventivo, donde la veterinaria puede desarrollar su acción técnica. Esto se puede lograr, si se apoya a nuestro presidente en el logro del código orgánico de salud participativa ya anunciado, siendo una oportunidad valiosa de introducir los cambios anhelados por la profesión.