¿Revisó el PUGS?

Agustín Sánchez

Perro Susto Seguramente algo habrá escuchado sobre la aprobación del nuevo PUGS, y digo escuchado, porque la participación y socialización en el contenido de dicho instrumento tan necesario para el desarrollo de distintas actividades de la ciudad, ha sido muy limitada. El Plan de Uso y Gestión de Suelo -PUGS- conforme lo señala la Ley -LOOTUGS-, es un instrumento técnico que en armonía con el Plan de Desarrollo y Ordenamiento Territorial, clasifica y regula la ocupación de suelo de un territorio. Para una sencilla comprensión, ese extenso documento técnico con muchas gráficas y planos de por medio, de obligatorio cumplimiento, define el uso y ocupación (comercial, vivienda, etc.) que se puede dar a un bien inmueble según la zona en la que este ubicado. De ahí la importancia, de su socialización tanto en el proceso de construcción y previo a su aplicación.

Lamentablemente, estos instrumentos fundamentales (PDOT y PUGS), generalmente se los construye con escasa participación ciudadana, desde una estricta visión técnica, sin considerar realidades económicas, sociales, peor aun midiendo impactos de ciertas decisiones, que técnicamente son viables, pero que no se adaptan a una realidad de ciudad convirtiéndoles en la práctica en inaplicables.

Si bien Ambato tenía una planificación hasta el año 2020, recién dos años más tarde contamos con una nueva normativa proyectada hasta el 2033, esto significa que la ciudad los últimos años ha crecido sin una visión de futuro, y que con la aprobación de los nuevos planes, seguramente las condiciones de uso de suelo de sus propiedades hayan variado, con restricciones de construcción en altura, tipo de uso, o en el peor de los casos se lo haya clasificado como área de protección. Ante esto habrá posturas que señalen, que es lo que necesita la ciudad, y parcialmente tienen razón, la ciudad necesita planificación técnica, respeto y cumplimiento de normas, adecuado control, y sobre todo que la gente conozca cuáles son sus limitaciones y consecuencias de violar la ley. De esto poco o nada se sabe.

Lo que si genera una alerta, es que drásticamente, zonas ya consolidadas, donde se ha generado inversiones, han cambiado su uso de suelo sustancialmente, obligándoles a sus propietarios trasladarse a otros sectores, o simplemente anulando toda alternativa de inversión previamente concebida conforme meses atrás la normativa lo habilitaba.

Si bien estos instrumentos técnicos son perfectibles, actualmente urge una reforma inmediata (sin politiquería), al evidenciarse que no ha existido la prolijidad en el análisis por parte de quienes los aprueban.

Le invito estimado lector a verificar si las normas que rigen a su propiedad han sido modificadas, probablemente se encuentre con una ingrata e inexplicable sorpresa.