¿Recuperando el Estado de Derecho?

Christian Pérez

El Decreto Ejecutivo 111 de 9 de enero de 2024 emitido por el Presidente de la República declara un conflicto armado interno, identificando a 22 grupos delincuenciales como organizaciones terroristas y actores no estatales beligerantes.

Con esto, se activa el derecho internacional humanitario para proteger a personas no involucradas en el conflicto; reforzar la protección constitucional para grupos vulnerables durante el conflicto; y, se activa la Sección Cuarta del Código Orgánico Integral Penal que regula los delitos contra personas y bienes protegidos por el derecho internacional humanitario.

Ahora, es público y notorio el resultado de los operativos conjuntos entre la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas en los barrios pobres, deteniendo de manera violenta a presuntos integrantes de organizaciones terroristas, contraviniendo para ello ciertas garantías mínimas establecidas en la Constitución de la República. Sin embargo, cuestionémonos con sinceridad: ¿los líderes criminales y cabecillas están en las cárceles y en los barrios pobres donde se realizan los operativos? La respuesta, ¡NO!

La criminalidad en el país evolucionó de la típica pandilla a una estructura criminal sofisticada dedicada a la producción de mercancías ilícitas, conectada discretamente al mundo empresarial privado, cuyos líderes no se encuentran en las cárceles o en los barrios pobres, sino en los barrios de alta plusvalía, manejan el sistema financiero o poseen empresas rentables.

Entonces, para llegar a los peces gordos no basta con atacar los barrios pobres con un despliegue militar y policial sorprendente para detener a los peones de la estructura. La estrategia debe ser más profunda ya que merece un análisis de lavado de activos, inteligencia financiera y empresarial para conocer la licitud del flujo de dinero de aquellas grandes empresas que operan de forma discreta en el país para camuflar su función empresarial con el delito. Debemos exigir menos show mediático y más acciones eficaces tendientes a combatir, en serio, a la delincuencia organizada.