Reafirmando nuestros valores

Iván Paredes

Frente a los múltiples actos de corrupción en los últimos años, se hace necesario priorizar valores y comportamientos del individuo en sociedad, de lo contrario, perderemos la esencia como seres humanos y su inteligibilidad en el proceso del contrato social, hoy denominado Estado.

En lo que respecta al Ecuador, los valores se han ido perdiendo o nunca entendieron la real dimensión de su significado, porque hemos visto a familias enteras estar inmersas en actos que desprestigian sus raíces genealógicas. Dirigentes, autoridades y hasta ex presidentes de la República envueltos en sendos episodios indignos, sin importarles la imagen que proyectan exteriormente; es decir, fomentan la sinvergüencería, sea como mecanismo de argumentación, porque fueron educados de tal manera o, porque consideran que es normal y necesario para llegar a sus falsos objetivos. En este aspecto, hemos escuchado dichos como “somos de manos limpias”, “mentes lucidas” y demás, pero en la realidad fue todo lo contrario; entonces, ¿se puede guiar y enseñar con ese ejemplo?

Gobiernos totalitarios y hasta comunidades unánimes, han buscado imponer sus ideas, sancionando aquellos que no piensan y actúan como ellos, convirtiéndose en una lucha por alcanzar la pluralidad social y, en esta lucha se generan pasiones y fanatismos que pueden llegar a producir desgracia y muerte.

Debemos educar con el ejemplo, y que mejor cuando demostramos honestidad, sinceridad, empatía, tolerancia, estamos produciendo sociedades e individuos respetuosos que actúan en función del bienestar común, más no, únicamente, del provecho propio y de grupo. Mentir, enriquecerse, acumular bienes, fugarse, son antivalores que descomponen el objetivo de la humanidad, haciéndose necesario que prioricemos la paz, el trabajo, la honestidad, la empatía, la verdad, la transparencia, si queremos alcanzar una vida digna y armoniosa, de lo contrario, los resultados están a la vista, con personajes presos y fugados en el extranjero.