Pobres víctimas

Agustín Sánchez
Agustín Sánchez

Agustín Sánchez

El desatino diplomático de irrumpir en la Embajada de México en la ciudad de Quito es un tema de preocupación para la comunidad internacional, con posibles sanciones reparatorias y repercusiones en las relaciones comerciales internacionales, entre otros aspectos. A pesar de esto, considero difícilmente justificable desde el punto de vista jurídico. Sin embargo, no debemos distraernos de los asuntos internos que están erosionando el tejido social, sobre los cuales ciertas autoridades están librando una guerra incansable contra las mafias arraigadas en los diferentes niveles gubernamentales y judiciales.

Con esto quiero enfatizar que hay hechos alarmantes que no pueden pasarse por alto. Una persona sentenciada por nuestra justicia no puede pretender burlarla, como ha ocurrido en varias ocasiones, refugiándose en una Embajada para luego escapar y quedar impune. En el caso específico del exvicepresidente, ahora autodenominado «víctima», existen sentencias ejecutoriadas en su contra. Además, en revelaciones recientes durante el juicio que enfrenta el Contralor 100/100, Carlos Pólit, en los Estados Unidos, también se le menciona como beneficiario de sobornos, lo que podría hacerlo rendir cuentas en dicho país.

La comunicación no puede ser manipulada para que una persona corrupta, sancionada por nuestra justicia, pretenda quedar impune debido a sus propias acciones, cuyas consecuencias debieron evaluarse desde un principio. Lo peor de todo es que, vergonzosamente, intenta torcer la verdad, amparándose en causas de violaciones a los derechos humanos que no guardan ninguna similitud con su caso. Me refiero al ridículo protagonizado por una Asambleísta al comparar lo sucedido con la lucha incansable de las Madres de la Plaza de Mayo, cuyos hijos fueron desaparecidos durante la dictadura de Videla en Argentina. Esta comparación incluso utiliza el símbolo de esa justa causa para «aprovecharse» políticamente de su lucha histórica, nada más infame.

Las declaraciones y pruebas en los casos de metástasis, Purga y Plaga, que se presentan día a día, solo evidencian que los implicados y sus allegados están dispuestos a hacer cualquier cosa para mantener su privilegiada condición, poder y fuentes ilícitas de ingresos, a costa de sus aún ingenuos o cómplices votantes.