Los últimos comicios dejaron a muchos sorprendidos con los resultados, más aún a quienes estuvieron seguros del triunfo de Arauz que venía bastante bien en las encuestas.
Sin embargo, los últimos meses fueron cruciales para darle un giro a la historia del país y es que los escándalos de los secuaces de Correa y del mismo Arauz fueron de bastante peso.
La mayoría de ecuatorianos estamos cansados del mismo discurso populista que divide y busca culpar a empleadores, que quiere tapar a los prófugos de la justicia, que quiere culpar a Moreno cuando bajo la bandera de alianza país fue posesionado, nos cansamos de las mentiras y los abusos, nos cansamos del robo y la pobreza, nos cansamos de los mismos de siempre metiéndole mano a la justicia.
Los resultados nos muestran a ecuatorianos convencidos de que el correísmo debe ser sepultado, esperamos pronto llegue la vacuna para la corrupción, mal responsable de la pobreza de un país tan rico, lo dicen los procesos sentenciados, lo dicen las pruebas y la historia que no puede borrar el sello color “verde” de miles de funcionarios públicos de manos sucias que contaminaron hasta la salud en época de pandemia.
Queremos limpiar el futuro, sin olvidarnos de las lágrimas que nos han dejado los últimos gobiernos que solamente buscaron engordar sus bolsillos, atracando cada centavo construido por los ecuatorianos.
Queremos laborar dignamente, sin persecución, sin delincuencia organizada en instituciones públicas, que los derechos fundamentales sean garantizados en todos los sectores, que los grupos vulnerables realmente sean protegidos.
Queremos un futuro diferente donde todos caminemos por un país mejor, que la educación y la salud sean atesorados, que las buenas acciones sean ejecutadas desde nuestros hogares, que el sistema público sea depurado totalmente; que nos devuelvan la esperanza que el virus y la corrupción nos arrebató en los últimos años.