¡Nobita, con el bolsillo no te metas por favor!

¡Nobita, con el bolsillo no te metas por favor!
Santiago León

Santiago León

Así deben estar gritando algunos funcionarios, de ciertas empresas públicas, porque el presidente les bajó de un solo plumazo sus dantescos sueldos. Distinguidos y honorables ciudadanos que por el sudor de su frente tenían una mensualidad mayor que la del propio mandatario. ¡Manejar una empresa del Estado es más complicado que un país! ¿Qué le parece mi pana?.  

A ver. Vamos cantando la plena. La normativa, que fue modificada hace pocos días, permitía que las entidades públicas establezcan sus propias tablas salariales a ojo de buen cubero. Así que si un día el séquito se reunía entre gallos y medianoche se ponían una mega salario porque hay muchos “riesgos”, en sus operaciones, por eso se necesita humildemente cobrar unas 6 luquitas mensuales. Más los décimos, subrogaciones, encargos y una que otra coimita tranquilamente salían con unos 9 mil dólares lluchitos. 

Con esa guita usted tranquilamente puede pagar los servicios básicos, la letrita de la casa de interés social, mandar los fiambres a los guaguas, la gasolina de su carrito viejo o pagar algún gustito de la ñora. ¡Hablo con sarcasmo! Con ese dineral puede darse la vida de gamonal. Viajar por todo el mundo, comprarse un reloj pepa, de esos pesadotes, o una casita en la playa para descansar del estrés del trabajo. 

¡Pero, atenti! Si es un derrochador del billete, que cree que la plata le va a durar para siempre, no habrá sueldo que le aguante. No sea como el exasambleísta mequetrefe, que tan campante dijo que el sueldo no le alcanza. Que tiene que gastarse la herencia de la suegra. O como el exministro de Energía, que se le desconectó el cerebro por unos segundos y explicó que los sueldos del sector estratégico, no alcanzan ni para una cajetilla de tabacos. Estos inefables personajes nunca más deben estar en un cargo público. Causan lástima y hasta vergüenza.  

Ojo. Nadie discute que esos puestos merecen de una gran responsabilidad y conocimiento técnico elevadísimo. Pero calcular sueldos a conveniencia con bonificaciones doradas, con nombramientos amañados por cláusulas truchas o indemnizaciones millonarias hacen que al pueblo se le hinchen las pelotas.  

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