Andrés Ojeda Sotomayor
El problema energético en nuestro país es una situación que nos afecta a todos y se ha convertido en algo más que una molestia. La falta de anuncios por parte de las autoridades sobre los cortes de energía, ha generado miles de quejas de usuarios quienes exigen una mejor comunicación para evitar daños en sus equipos y electrodomésticos. La interrupción de energía, no solo causa inconvenientes en el hogar, sino que también provoca un impacto en la productividad de las empresas y la calidad de vida de las personas. Los mantenimientos preventivos que supuestamente se están realizando no parecen suficientes. Los apagones continúan ocurriendo sin previo aviso y con una duración que va desde horas hasta una jornada completa.
Es preocupante la falta de transparencia y claridad en los comunicados oficiales sobre los cortes de luz. La justificación de «mantenimientos emergentes» y «desconexiones temporales» no es suficiente para explicar la magnitud de la situación. La promesa que los apagones terminarían no es real, el hecho es que seguimos enfrentando suspensiones en el servicio energético. La aprobación de la ley «no más apagones» en enero de este año, era una oportunidad para abordar el problema de manera oportuna, pero su nueva denominación no ha logrado solucionar la irregularidad en el servicio básico.
Los «cortes programados» siguen siendo interrupciones y las «desconexiones temporales» continúan siendo una fuente de preocupación para la ciudadanía. Es prioritario que el gobierno y el Ministerio de Energía se pronuncien sobre la situación, ejecutando las medidas prometidas en campaña para abordar y solventar los desafíos energéticos. La falta de comunicación solo genera más confusión y desconfianza en la población. Se deberán tomar acciones que garanticen un suministro energético confiable y estable para todos. En conclusión, no más apagones, es hora de actuar.