Motivos no nos faltan

Juan Francisco Mora

En diciembre el país vive una explosión de reuniones sociales y eventos masivos. Empezando por Quito y las efusivas fiestas de recordación de su fundación española. Luego, una fiebre de compras está abarrotando los almacenes, centros comerciales y más negocios.

Arrancaron también las reuniones navideñas llenas de música, risas y mucha camaradería. Celebramos el reencuentro con amigos, compañeros y vecinos luego de un largo tiempo sin vernos.

Vendrán también las cenas de Noche Buena, tiempo de la familia ampliada. Habrá que extender la mesa del comedor y aumentar unas cuantas sillas. Para muchos será una noche de grandes celebraciones y espectáculos masivos en hoteles o restaurantes.

Luego de unos días en los cuales varias familias optarán por disfrutar unas merecidas vacaciones llegarán las festividades de fin de año. Momento perfecto para retomar tradiciones populares y departir con propios y extraños. Y a partir del siguiente día empezaremos a repartir abrazos de año nuevo a nuestros seres queridos y conocidos.

Inevitable que todo esto ocurra. Motivos no nos faltan.

Inevitable, luego de haber contenido en nuestro interior esa necesidad humana de socializar y vivir de forma comunitaria.

El solo hecho de haber superado los momentos más críticos de la pandemia es por sí mismo un gran motivo para celebrar. Aun para quienes han asumido con mayor rigurosidad las medidas de prevención les ha resultado inevitable sumarse a esta explosión social de emociones represadas.

Aunque en la mayoría de los casos el respeto a las normas de bioseguridad es visible, también hay peligrosas excepciones en las cuales se pone en riesgo la vida propia y de los demás. Bastaría refrescarnos la memoria reciente y recordar el dolor de ver sufrir de covid a muchos seres queridos, varios de los cuales ya no están con nosotros.

Por ellos, en su memoria,  asumamos una actitud consciente de autoprotección y una cultura de prevención. Que sigamos teniendo muchos motivos para celebrar responsablemente con quienes armamos.