Trastorno de Personalidad Narcisista

Más oxitocina, menos cortisol
Más oxitocina, menos cortisol

Andrés Ojeda Sotomayor

Las personas de naturaleza narcisista se autoperciben como seres superiores y eruditos. Tienen delirios de grandeza, perfección y poseen un gran sentido de la importancia personal. Su ego elevado se manifiesta desde el yo, es decir: «yo soy esto, yo tengo esto», «tú estás mal, yo no». Es arrogante, carece de afecto y empatía. Hablan en exceso, minimizan y humillan en público. Son presumidos, solapados y aduladores. Les cuesta asumir las consecuencias de sus palabras y acciones, valiéndose de la burla e ironía para suavizar sus actos. Pretenden ser encantadores, seductores y zalameros, pero en realidad son insufribles y engañadores. Se esconden tras una personalidad intachable pero no consienten ser cuestionados. Al ser controladores compulsivos, no son capaces de manejar su propia vida, ni la de «sus seres queridos». Por su fuerte complejo de poder, belleza y riqueza, necesitan ser constantemente admirados.

Son muy críticos en su entorno, pero no aceptan la auto crítica; exaltando siempre su lado positivo y omitiendo su lado oscuro. Les agrada destacar los errores del prójimo y tienen la capacidad de hacer cualquier cosa para obtener su cometido. La falta de humildad les hace creer que son merecedores de lo mejor, siendo insensibles e indiferentes ante las emociones y necesidades de los demás. Se caracterizan por ser ostentosos, histriónicos y dramáticos, pero sólo buscan reconocimiento, halago y aplausos. Son manipuladores, presumen inteligencia y caen en el abuso de confianza. Sus relaciones interpersonales son de usar y tirar, por cierto, muy poco saludables; siendo difícil que conecten con la gente e interfiriendo negativamente en todos los aspectos de su vida. Con esos rasgos autodestructivos, progresivamente van quedándose en soledad, y quien sugiera ayudarlo con terapia profesional; terminará victimizándose e insinuando que sufre «maltrato psicológico».

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