Victoria Ramón
Como país enfrentamos una crisis generalizada y profunda. Y estas elecciones se han vuelto cruciales, porque en ellas se decidirá el futuro. Necesitamos, como sociedad, un voto razonado más allá de las emociones pasajeras que puedan despertar las campañas.
A lo largo de estos días, donde hemos visto el surgimiento de las denominadas “alianzas políticas” para auspiciar sus candidatos, vale preguntarnos, más allá de sus discursos y campañas prediseñadas, ¿dónde estuvieron cuando sus ciudadanos más los necesitaban?, Porque, justamente ahora las luchas sociales han empezado a tener importancia para ellos. Hoy, se ha vuelto normal verlos con “ganas de mejorar su ciudad”, empáticos por las calles, con sedes políticas impecables, las mismas que volverán a empolvarse al acabar elecciones.
Si bien es cierto que la mayoría de los ciudadanos están cansados de ver a los “mismos de siempre” y a los candidatos que buscan ganar para incrementar una medalla más a su ego; hay que tener cuidado con la “gente nueva con ideas innovadoras” que se inscriben en partidos políticos a conveniencia de sus intereses particulares. Es obligación nuestra analizar sus perfiles y planes de trabajo viables, conforme a la visión de ciudad que deseamos.
Al igual que cuando para cualquier puesto de trabajo, se seleccionan a las personas preparadas que cumplan con el perfil exigido, hoy más que nunca, tenemos que elegir a los mejores, tanto desde el punto de vista de su conocimiento, capacidad de ejecución y actitud moral, pues ellos serán los nuevos líderes que deberán tomar decisiones trascendentes relacionadas con nuestro diario vivir. Entonces ¿Por qué no debería importarnos?