Álvaro Peña Flores
Con el desarrollo e incremento de la tecnología, el acceso a miles de fuentes de información ha mejorado y con ello han nacido también un sinnúmero de coaches, mentores, filósofos y orientadores que con consejillos de una vaga y nula experiencia intentan influir en quienes desesperados por encontrar el sentido a su vida o a sus sufrimientos apuestan a cualquier cosa por encontrar la paz y dominio de sí, para sus muchos problemas y defectos.
Gracias al algoritmo del metaverso, hoy los influencers, youtubers y mentores que sobreabundan, en su afán de querer compartir el resultado positivo de sus experiencias negativas en el ámbito personal, económico, religioso o político, lo que ocasionan es el nacimiento de una burbuja en la que se concentran y habitan su alter ego y la desvinculación total de la realidad y de la otredad.
Como resultado de aquello estamos en la era del nacimiento de seres deshumanizados, pensando en nosotros mismos, en nuestro bienestar y el desapego total de nuestro entorno. El objetivo se ha cumplido, evitar el sufrimiento que te ocasiona vincularte con la necesidad de los que amas. Es un escándalo al sufrimiento y a la precariedad. La atención a los discursos de estas nuevas filosofías son una de tantas formas alienantes que amortiguan la precariedad que vivimos.
Quizá para muchos sea una exageración y también solo una perspectiva egoísta de mi parte, pero según mi experiencia, no hay fórmula mágica ni mentor experto. Lo que sí existe, son oportunidades para hacerle frente a la vida y sacar de ellas lo mejor. Revisemos la historia, no hay un solo acontecimiento agradable desprovisto de sufrimiento, lucha, fe, confianza, trabajo y amor que no haya contribuido a ser lo que somos ahora.
Urge hacer un pare a nuestra actividad y mirar alrededor de nosotros mismos. Romper la burbuja y asumir la responsabilidad; con ello la experiencia viene sola y la oportunidad de mejorar siempre.
@alvarino.pena