Con “perspectiva de género”

Con “perspectiva de género”
Con “perspectiva de género”

María Fernanda León Vivanco

Las ciudades evolucionan al mismo tiempo que la sociedad que las habita. La lucha por una sociedad inclusiva e igualitaria, en cuestiones de género, se traduce también en la lucha por construir ciudades en las que toda la población, mujeres, niños, hombres, ancianos, personas con discapacidad, etc. puedan vivirlas y disfrutarlas en igualdad de condiciones.

Planificar la ciudad con una “perspectiva de género” implica considerar todas las barreras que los ciudadanos, principalmente las mujeres, encuentran en el desarrollo de sus actividades en el espacio urbano. Tradicionalmente, el rol que ha asumido la mujer en la sociedad comporta, además del trabajo o de sus necesidades personales, el cuidado de los niños, del hogar, de los ancianos, lo cual se traduce también en desplazamientos, en formas de vivir el espacio exterior.

Y, desde este punto de vista, el urbanismo no es neutro.

Las ciudades contemporáneas son cada vez más extensas y las actividades, tanto como los equipamientos y servicios, están separados del espacio en donde se desarrolla la vida cotidiana. Esto influye en las distancias que una mujer debe recorrer para realizar sus tareas, limitadas aún más por la mala calidad del transporte público y en el tiempo empleado para desarrollarlas. Es por ello que se demanda espacios de proximidad, a menor escala, pero más cercanos a la vivienda, mejores aceras, calles más iluminadas, espacios públicos de calidad, servicios de transporte más eficientes, etc.

Si bien, todas estas tareas se asocian tradicionalmente a la mujer, lo cierto es que, con la equidad de género, cada vez más hombres cumplen estas funciones. Un urbanismo que desde el principio considere las actuales necesidades de las mujeres es en realidad un urbanismo cualitativo, que contribuye a crear mejores ciudades, más humanas, para todos y para todas.

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