Hasta que me llegó

Christian Pérez Escobar

Últimamente, con una frecuencia inusual, varios amigos me comentaban que ellos o personas allegadas fueron víctimas de la delincuencia, con modalidades violentas. Los escuchaba con pena, pero a la vez me generaba un temor lejano, sintiendo talvez que esa situación me era distante ya que siempre he tomado los cuidados necesarios para no exponerme a la inseguridad que campea en el país.

Pero, como en nuestro país no estamos exentos de ser alcanzados por los brazos largos de la delincuencia, finalmente llegó mi turno. En días pasados, dejé mi auto estacionado cerca de mi oficina, alrededor de las 19:00, mientras retiraba unos documentos, sintiendo tranquilidad ya que a unos metros hay un Centro de Motorizados de la Policía Nacional. Exageradamente demoré veinte minutos en realizar mi diligencia, y al volver a mi auto, encontré rotas las ventanas posteriores y se han sustraído mi maletín con documentación de trabajo. Sentí molestia e impotencia, pero sobre todo ratifiqué una sensación de indefensión: estamos solos frente a la delincuencia.

¿Presenté mi denuncia? La respuesta es otra pregunta, ¿para qué? Como abogado sé que estas denuncias solo irán a engrosar la lista de expedientes inoficiosos que nunca serán investigados. Esfuerzo inútil. Se conoce que en Ecuador únicamente los casos de connotación tienen una investigación pronta, más aún cuando coinciden con el timing político para afectar a quienes les son incómodos al poder.

Las calles ya no son un espacio de apropiación pública. Ahora quien las domina es la delincuencia a vista y paciencia de las autoridades. Es más, las mismas cárceles que deberían ser espacios controlados íntegramente por el Estado, en realidad son administrados por los grupos de delincuencia organizada.

Esta vez me tocó ser víctima de la delincuencia, solamente con pérdidas materiales, por suerte. Pero hoy más que nunca se espera que termine el desgobierno de Guillermo Lasso y que en un futuro, ojalá cercano, podamos respirar nuevamente un ambiente de seguridad.