El mundo en jaque

Agustín Sánchez

En estos últimos años parecía que el mundo se alineaba en grandes esfuerzos para atender los principales desafíos, desnutrición infantil, pobreza, cambio climático, por mencionar algunos, incluyendo un factor de riesgo de futuras epidemias conforme la triste experiencia que no termina de dejarnos el covid.

Esos objetivos mundiales se diluyen frente a posturas absurdas de quienes lideran ciertas potencias mundiales bajo regímenes autoritarios, todo parecía un intento de colocar un distractivo con un posible anuncio de guerra, algo que nos resulta muy extraño en esta época, ya que desde los años 40 no se registraría una invasión de lo que pretende esta ocasión Rusia en Ucrania. Lamentablemente los ataques hacia Ucrania han iniciado tras la decisión del presidente ruso, lo que traería consecuencias drásticas en la comunidad internacional.

No pretendo romantizar con las causas e ideologías que empujan este injustificado ataque, pretendo señalar a quién amenaza el mundo con una postura de abuso en su poderío militar y desafía al resto de potencias esperando una sola razón para desencadenar en un conflicto de carácter irreversible. Me refiero a Putín, quién días atrás humillaba en una audiencia pública a su jefe de Servicio de Inteligencia empujándolo a anular su pensamiento frente a cualquier vía de negociación, y cuyo liderazgo con rasgos evidentemente autoritarios nos retrotraen en el tiempo a aquellas sabatinas que constituían un paredón para aquellos funcionarios serviles del poder, donde titubeando agachaban la cabeza y adivinaban lo que el “compañero” presidente quería escuchar.

Las consecuencias con el solo anuncio de esta guerra ya se sienten con el alza de materias primas e incremento sostenido del precio del petróleo, a esto se sumará la restricción del flujo de gas por parte de Rusia a países europeos, y las sanciones económicas que la OTAN impondrá en caso de ataques. Los mercados se sacudirán restringiendo cualquier esfuerzo realizado por las principales economías mundiales para superar el encierro producto de la pandemia, en medio de una difícil postura que ha puesto al jaque a otras potencias que poseen dos opciones, involucrarse en el conflicto elevando su nivel bélico, o aguardar las consecuencias aceptando el poderío ruso y así evitar una guerra mundial. Lo más triste, inocentes vidas se perderán por el inadmisible pensamiento de seres inhumanos.