Abuelita cumple 100 años en el sur de Quito

Delia Matilde Fuentes López nació el 28 de febrero de 1922. En sus manos, un retrato suyo.

Superó el covid, pero no su gusto por el tabaco. En su vida ha formado una extensa familia de 12 hijos, 24 nietos, 34 bisnietos y 4 tataranietos.

Los libros de historia cuentan, que un 28 de febrero de 1922 Egipto se independizó del Imperio británico. Ese mismo día, en Ecuador, nacía Delia Matilde Fuentes López que hoy cumple 100 años.

Ni su cabello blanco, ni sus manos arrugadas reflejan que Delia Matilde lleva viviendo un siglo. Al contrario, cuenta historias, recuerda su niñez y hasta hace poco disfrutaba del baile ­­–dice– cuando se le pregunta cómo era en su juventud. Aunque camina acompañada, sus piernas aún tienen la firmeza necesaria para estar de pie, frente al pastel de cumpleaños, mientras los demás le cantan la tradicional melodía de celebración.

“Me gusta la música que sea para bailar”, cometa con su voz tenue y pausada, mientras su familia le prepara una fiesta para celebrar esta edad a la que pocos aspiran a llegar.

 

Cinco generaciones en una foto. Delia Matilede (100 años) toma de la mano a su tataranieto, de 6 años.

Eso lo sabe Olga Fuentes, la primera de los 12 hijos de Delia Matilde, quien le atribuye este cumpleaños a la alimentación de su madre, oriunda de San José de Chaltura, en Imbabura, pero que llegó a Quito hace más de 50 años.

En la fiesta, donde resalta el número 100, ya sea en globos dorados o en las velas, todos están pendientes de la ‘abuelita’ como cariñosamente la llaman. Andrés Granda, uno de sus 24 nietos, se encarga de hablarle fuerte y cerca al oído para que la cumpleañera oiga con claridad las peguntas de esta entrevista.

 

 

Celebración por los 100 años, al sur de Quito.
Celebración por los 100 años, al sur de Quito.

 

En una casa, ubicada al sur de Quito, se reúnen cinco generaciones para celebrar este poco común número de años. Todos, desde el más adulto hasta el más pequeño, tienen algún recuerdo con la mujer que, pese a la edad, recuerda que fue su abuelita la que le enseñó a cocinar las tortillas que van en el llapingacho y que, la familia coincide, es uno de los platos más ricos; aunque destacan que en la casa de Delia Matiles nunca, pero nunca, falta el tostado.

“Siempre que le visitábamos, cuando éramos niños, nos daba café con tostado que era bien rico”, dice el nieto, Edwin Vásquez.

Le ganó al coronavirus

Para Paúl Vasquez, bisnieto, no es una sorpresa que la abuelita viva un siglo. “Siempre, desde que me acuerdo, ha sido dura, fuerte. O sea se le veía, como dicen, macanuda. Iba pasando el tiempo. Cumplió 91, 92 años y seguía fuerte”, relata con seguridad.

Muestra de ello es que pese a su avanzada edad la mujer superó la COVID-19. “Por lo menos unos tres días le dio súper fuerte. De ahí, los cuidados que se le tenía era que pase en a casa y que salga lo menos posible. Pero se recuperó”, cuenta Andrés. Eso, contra cualquier pronóstico, pues además, la ‘abuelita’ ha fumado cigarrillo durante toda su vida. «Ahora estamos tratando de controlarle eso», dice Olga y, de inmediato, Delia Matilde, con picardía, responde que ya no fuma mucho: «una cajetilla o media, no sé», dice.

El virus es inentendible, dice la familia, pues Delia Matilde se contagió junto a su hermana Mercedes quien falleció a causa de la enfermedad pese a ser menor: tenía 55 años.

Aunque la pérdida de su hermana menor significó un golpe fuerte. La familia, dice Olga, se ha unido más y cada hijo se turna un fin de semana para acompañar a quien ha formado un matriarcado con su ejemplo de constancia, trabajo y dedicación familiar. (AVV)

Superó el coronavirus y cumplió 100 años.