Eddy Arrobo Rodríguez
Cada 24 de enero, en honor al rol fundamental que cumple la educación a nivel mundial, se conmemora el Día Internacional de la Educación. Vale indicar que desde el año 2019 se vienen realizando un sinnúmero de eventos para recordar esta magna fecha, la cual se estableció por resolución de la Organización de las Naciones Unidas.
Para el Premio Nobel de la Paz, Nelson Mandela «La educación es el arma más poderosa que se puede usar para cambiar el mundo», por lo tanto, siendo la educación el factor clave para la inclusión, desarrollo y empoderamiento de las personas, es imprescindible para los gobernantes revisar y reforzar sus agendas con un sincero compromiso político que vaya dirigido a potenciar la actividad educativa, asignando presupuestos reales que serán destinados a la capacitación y formación constante del talento humano el mismo que debe ser bien valorado y remunerado y este a su vez tendrá el compromiso y deber de ser recíproco, dando lo mejor de sí en la transferencia de sus conocimientos.
Las brechas educativas en cada país son diferentes, ya que las mismas varían de acuerdo al desarrollo y a la importancia que le han dado a la educación. En el Ecuador la tasa nacional de analfabetismo al año 2022 está en el 3,7% siendo muy alentador observar que en los últimos 12 años las mujeres han sido las que más han sido alfabetizadas, pues de las 199.484 personas que salieron del analfabetismo, 109.235 son mujeres.
En este día de conmemoración, donde se reconoce a la educación como un derecho inalienable del ser humano, si deseamos transformar vidas y conseguir un pleno desarrollo educativo y personal de nuestra niñez y juventud, es nuestra obligación visibilizar y trabajar por una educación inclusiva y equitativa, la cual empieza en cada una de las familias y posterior en la escuela, la cual se consolidará con el apoyo del Estado.