Joffre Villalva Casanello
Como escribe Robin Norwood (1985): “Mientras estamos empeñadas en huir de nosotras mismas y evitar nuestro dolor, seguimos enfermas. Cuanto más tratamos y cuantas más vías de escape buscamos, más nos enfermamos al combinar adicciones con obsesiones. A la larga, descubrimos que nuestras soluciones se han convertido en nuestros problemas más graves al necesitar mucho alivio y no encontrarlo. A veces, podemos empezar a enloquecer un poco”. Y esto no solo les pasa a las mujeres que van creciendo, sino a todas las personas en general. Las mujeres desarrollarían, adicionalmente, ansiedad, miedo y baja autoestima a todo ese cuadro causado por la vida que les tocó vivir. Para los hombres, lo adictivo viene siendo en este siglo las deudas y los placeres, dos grandes abismos que te succionan hacia la locura. Las deudas al pretender ser lo que no somos para valorarnos o que nos valoren en nuestra sociedad y los placeres de toda clase que tratamos de disimular como conducta socialmente aceptada en una canción, en un estilo de vida nocturno o en una de las profesiones más conflictivas que podamos hallar.
Tanto hombres como mujeres vivimos estigmatizados por los fuertes lazos que creamos en la huida, en la negación, en la autoayuda egocéntrica narcisista, que pocas veces son nuestros seres queridos los que deben dar la voz de alarma para hacernos caer en cuenta que nos alejamos de la cordura, camino al que a veces lo vemos sin salida o peor aún con una sola salida evidente que nos elimina definitivamente. Es el momento en tu vida de elegir sanar completamente para alcanzar a vivir el tiempo que te queda con alegría intentando ser feliz.
Por lo cual, cuando estamos gravemente enfermos, nuestra recuperación a menudo requiere que se identifique correctamente el proceso específico de enfermedad que padecemos a fin de proporcionar el tratamiento adecuado. Evitar enfermar es casi imposible, dadas las circunstancias vitales que asumimos cuando enfrentamos el día a día con ganas de triunfar. Evitemos cada día endeudarnos y vivir conectados únicamente al placer.