Las contradicciones del Presidente

Christian Pérez

Causó sorpresa que el ministro de Finanzas, Arturo Rojas, haya advertido en enero pasado que el presupuesto 2024 destinado a la educación superior pública se reducía en 77 millones de dólares con respecto al presupuesto del año anterior. Esto generó una fuerte crítica social frente a la cual el gobierno reculó y ahora se fija esa reducción presupuestaria en 2.8 millones de dólares.

No es un secreto que existen más jóvenes que buscan acceder a las universidades públicas que la capacidad de estas para abastecer el ejercicio de este derecho. Por ejemplo, en Ambato, la Universidad Técnica de Ambato apenas cuenta con 2mil 500 cupos disponibles en todas sus carreras, mientras que 9 mil 810 jóvenes se inscribieron para rendir el examen de ingreso. Algo más de 7 mil jóvenes se quedarán sin acceso a la universidad. La lógica entonces nos dice que el presupuesto para la educación superior pública más bien debería aumentar.

Por otro lado, el Presidente, en una declaración hecha el 18 de febrero pasado, señalaba que se han creado 25 mil empleos juveniles en menos de dos meses, cifra que tan solo cuatro días después, el 22 de febrero pasado, a través de un comunicado del Ministerio de Trabajo, se dijo que se duplicó a 50 mil empleos juveniles.

Con estos dos antecedentes, la contradicción es clara. Por un lado, a pesar de ser evidente que la educación superior pública debe ser fortalecida y ampliada, más bien se ha reducido su presupuesto, por lo que miles de jóvenes no podrán acceder a esta, no podrán profesionalizarse para tener un trabajo formal, ergo, se fortalecerá el desempleo, subempleo y el trabajo informal. Mientras que, por otro lado, se anuncia con triunfalismo la generación de 50 mil empleos juveniles. Habrá que preguntarnos si estas nuevas plazas laborales serán para los jóvenes que no lograron ingresar a la universidad, entonces, serán trabajos no profesionales y precarizados.

En definitiva, la política pública no debe estar enfocada a esclavizar a la juventud en trabajos no profesionales, sino más bien a fortalecer una educación pública que sea liberadora y transformadora de la sociedad.