Gonzalo Yépez Palma
Han transcurrido un poco más de cuatro años desde que me alejé de los medios de comunicación, para dedicarme de lleno a cumplir un encargo de mi querido pueblo santodomingueño: la concejalía.
Ha sido un tiempo de abandonarse como periodista y asumir el rol de autoridad, es decir, girar la moneda, dar la vuelta el sartén, ubicarse en otros zapatos. Experiencias que las he vivido como cualquier otro ciudadano que tiene la oportunidad de ser representante en una instancia de gobierno.
En lo fundamental un alto honor, una gran oportunidad de pasar de ser espectador, comentarista, crítico, a tener la oportunidad de asumir mayores responsabilidades y ser parte fundamental de la toma de decisiones en pro de atender las más elementales necesidades de la población. Que no es tan fácil, en un medio en donde falta de todo y donde las exigencias tienen diferente tono y forma de solicitarlas.
El ejercicio periodístico y la trayectoria dirigencial nos da la ventaja de conocer la problemática en el medio donde nos hemos desenvuelto por años. La comunión de ideas con compañeros que vienen con un cúmulo de conocimientos, experiencias y capacidades, permitieron al Primer Personero apoyarse de mejor manera para ejecutar importantes proyectos de desarrollo de beneficio cantonal: agua potable, alcantarillado sanitario, mejoras viales, pasos a desnivel, labor social, vivienda, recolección de basura, adquisición de maquinaria…me faltaría más espacio.
En fin, mal o bien, se cumplió con la misión, pese a las limitaciones y restricciones que nos trajo la pandemia mundial. Ahora, con energía renovada, con más experiencia, con más años encima, VUELVO a mi actividad periodística, de manera independiente y esperando seguir sirviendo a mi comunidad santodomingueña.
Me pongo a las órdenes con mis servicios profesionales, con igual o mayor ahínco que antes. En La Hora tendré el espacio que me han abierto con mucho cariño sus ejecutivos, para comentar y sugerir, para informar y trascender, y para construir la identidad de nuestro querido Santo Domingo.