¡Viva la provincia!

Luis Reyes Arteaga

Luis Reyes Arteaga

¡Viva Santo Domingo de los Tsáchilas! ¡Salve tierra de cósmicos pueblos, corazón de la patria profunda, Oh, provincia de Santo Domingo de los Tsáchilas de amores y paz!

Hace 15 años en Santo Domingo sucedió un hecho histórico.  Todos los sectores sociales, políticos, comerciantes, transportistas, jóvenes, mujeres, servidores públicos, empresas, nos juntamos en una sola voz que decía “SÍ A LA PROVINCIALIZACIÓN”.

El 6 de noviembre de 2007 se vivió una fiesta, más de 300 mil habitantes salimos a las urnas a decir SÍ a la provincia.  Sueño cumplido después de 40 años de constituirse el primer Comité de Provincialización.

Han pasado 15 años desde que Santo Domingo fue constituida como provincia, ¿ha servido de algo? ¿nos ha beneficiado? ¿cuáles son los logros?  Considero que sirvió de mucho y ha valido la pena cada momento de lucha.  A Santo Domingo se le dio la importancia que debía tener en la estructura del Estado, se cuenta con representatividad en la Asamblea Nacional, se desconcentró las instituciones del Ejecutivo Desconcentrado, se asignó más recursos conforme lo determina la Ley.  En conclusión, logramos más que cuando éramos patio trasero de Pichincha.

A pesar de que el ser provincia ayudó mucho a la descentralización en cuanto a los servicios públicos del Estado, las autoridades quienes han estado al frente de las instituciones en estos 15 años nos quedan debiendo.

Un gobierno Provincial que ha hecho poco o casi nada por la vialidad del sector rural, por el sector productivo y agrícola.  Representantes en la Asamblea Nacional que lo que menos han hecho es representar los intereses de la provincia ante el Estado, Direcciones provinciales del ejecutivo desconcentrado sin poder tomar decisiones propias, entre otras cosas.  La culpa no es de “La Provincia”, la culpa es de todos los ciudadanos que no hemos sido capaces de elegir bien a nuestros representantes.

Todos fuimos parte de la construcción de la provincia y así mismo todos somos responsables de defenderla.

¡Loor a Santo Domingo de los Tsáchilas!

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