En el libro “La verdad de la Epidemia” la investigadora y escritora Cristina Martín Jiménez publicado en IX-2020, se hace referencia al “Foro de Davos del 2010” donde Bill Gates manifestó: “debemos hacer de esta, la década de las vacunas”. Recordemos que la OMS tiene el monopolio en la aquiescencia y certificación de todo tipo de vacunas y funciona prácticamente como el Ministerio de Salud de la ONU.
En el 2015, Gates alertó sobre una pandemia “para la que el mundo no está preparado”. Así lo dijo y así ocurrió con el COVID-19, donde “las vacunas” han ayudado, aunque no se ha desarrollado con la misma velocidad medicamentos antivirales eficaces.
En el 2020, Bill Gates al ser entrevistado por Chris Anderson manifestó: “Es triste decirlo, pero podríamos tener un virus respiratorio con una mortalidad aún mayor si se pareciera al virus de la viruela, que mata al 30 % de los contagiados”. ¿Un nuevo vaticinio ..?
En 1980 la OMS declaró la erradicación de la viruela y según Cristina Martín Jiménez, solo dos laboratorios en el mundo “custodiaban” su cepa. Uno, el Centro para la Prevención de Enfermedades de Atlanta – USA. El otro, el Centro Estatal de Estudios de Virología y Biotecnología en Novosibirsk – Siberia. “Coincidentemente” en septiembre del 2019, el laboratorio de Rusia se incendió y aparentemente solo en Atlanta se conservarían las cepas de la viruela, laboratorio que recibe muchas donaciones de la Fundación Melinda y Bill Gates. No era improbable que se cumplan las profecías del multimillonario y “la viruela del mono” ya está entre nosotros.
¿Puede resurgir una enfermedad erradicada…? la respuesta es SI, porque SI se puede regenerar el virus y de haber contagios, a partir de estas cepas elaborar vacunas.
Es para meditar por qué la OMS incite y aguijonee a que se firmen compromisos para que “países libres y soberanos” se sometan a sus políticas. No sabemos la posición de nuestro presidente en este delicadísimo tema, pero está en la obligación de asesorarse de entidades científicas y no de entes políticos.