Tú, yo… nosotros

Yveth Romero Padilla

 Yveth Romero P.

Para Platón, la sociedad es un conjunto de individuos que están armonizados momentáneamente por sus intereses. Cada una de estas personas o individuos tendría una facultad, una habilidad por encima de todas las demás.  

Pone como ejemplo al que fabrica zapatos, al que hace casas y al que ara la tierra y aclara que, el que hace zapatos, si solo los hace para él, siempre irá bien calzado, pero no los demás, y el que cultiva la tierra, estará él bien alimentado pero no los demás.

 Así, nos explica Platón, que en una sociedad, empieza a haber un intercambio, se piensa en un interés común y ya no en el personal. De ahí que el zapatero hará zapatos para todos, igual el que confecciona ropa y el constructor, todos tendrán mejores ropas y mejores viviendas y mejores alimentos, y todo esto es posible gracias a que cada individuo, aun estando en lo propio, en lo suyo, también está junto al otro.

En un principio el trueque era suficiente para el intercambio, pero poco a poco, el valor que cada individuo le daba a su producto, y a su proceso productivo, no siempre logra poner de acuerdo a las partes y entonces surgen los conflictos. Pero el conflicto sólo es uno de los problemas que atacan a una sociedad. También el desconcierto de principios y fines. Una sociedad desconcertada es la consecuencia lógica del desconcierto individual, no sabemos hacia dónde vamos, no hay un ideal que nos guíe ni qué sustente nuestra conciencia moral. Hay que desarrollar del arte de vivir, porque es natural, que tú y yo, y nosotros, podamos trabajar juntos, por el bien común, con orden y justicia, como sucediera hace muchos años atrás, cuando la asociación de hombres y mujeres libres, de individuos justos con un Ideal en común, dieron origen a las grandes civilizaciones, hoy perdidas por las arenas del tiempo..

Nueva Acrópolis Santo Domingo