Orlando Amores Terán
No considero que se les pueda imputar al mandatario y a su cuñado, vinculación con el narcotráfico. Hacerlo, es considerarlos menos que imbéciles; y no lo son, conocen de finanzas, ése es su oficio.
La presidencia de una República, otorga múltiples oportunidades, para influir en negocios de Estado de inconmensurables cuantías, que les releva de ensuciarse en actividades crapulosas, por lucrativas que sean.
Es indudable que éste régimen está plagado de incoherencias, contradicciones, las mismas que se explican cuando se entiende que el mandatario es un peón del narcoterrorismo, autodenominado socialismo del s.XXI, puesto que en dos años de ejercicio del mandato, se mantiene, cumpliendo sus consignas:
No desarma la estructura constitucional del narco-Estado plurinacional, instaurada por ellos en 2008.
No desrataeliza las funciones públicas.
No altera la estructura de corrupción instaurada en la década infame 2007-17 a través de la Función de Transparencia y Control Social y la Función Electoral.
¿Quién sabe si el contenido de las preguntas 7 y 8 no es parte de los «acuerdos» con los terroristas, supremacistas indígenas?
Porque con el resultado de la Consulta Popular, podrán prescindir de la consulta previa a las comunidades, sobre asuntos ambientales.
Además, podrían concesionar el manejo y utilización del «subsistema de protección hídrica», a supremacistas indígenas que extorsionarían a las ciudades. Imagínense a iza y sus secuaces como adjudicatarios de la concesión del «subsistema de protección hídrica» de las provincias de Carchi, Pichincha, Cotopaxi, Bolívar, Guayas, Azuay.
Solo hay que pensar, aún cuando las latas vacías hagan ruido, como lo hacen los cerebros vaciados, al llenarse de conformismo, sumisión y servilismo; porque al final, la verdad se impondrá sola, ya que solo las mentiras, necesitan subvención estatal.